Verdes, azules, miel y hasta jade y topacio, las lentes de contacto de color ofrecen una alternativa tanto para lucir los ojos soñados como para mejorar la visión. Qué pautas y cuidados hay que tener en cuenta a la hora de cambiar el color de la mirada.
Nota informativa, cualquier información sobre precios, usos y cuidados, dirigirse a Optica Rueda ubicado en las calles Bolivar y Colon. Con las nuevas tecnologías y materiales, las lentes de contacto fueron brindando una mayor comodidad que permitió que su uso se fuera extendiendo. Las primeras lentillas de vidrio se realizaron en forma experimental durante el siglo XIX y alrededor de la década de 1940, las lentes rígidas ya se fabricaban en forma generalizada. El auge del plástico representó un verdadero avance en el campo de la contactología e hizo posible el desarrollo de las lentes blandas durante los años cincuenta.
Las lentes de contacto o lentillas son pequeños discos de material rígido (ya casi en desuso) o blando que se colocan sobre la capa lagrimal que cubre y lubrica la córnea. En la actualidad, debido a su delgada estructura y fácil adaptación se fueron convirtiendo en una opción práctica tanto para corregir y mejorar problemas de visión como por estética, porque permiten, incluso cambiar el color de los ojos.
Para dar una tonalidad diferente a la mirada, se utilizan sólo las lentes blandas, que se presentan en dos tipos: descartables y convencionales. La diferencia básica entre estas dos variedades es la durabilidad. Mientras que las descartables pueden usarse un período de tiempo preestablecido -existen diarias, semanales, mensuales, trimestrales-, las convencionales están diseñadas para ser utilizadas alrededor de un año y medio. En ambos casos, el tiempo de duración dependerá del uso y el cuidado.
Tanto las descartables como las convencionales permiten mejorar la visión, realizar solamente un cambio de imagen o ambas alternativas al mismo tiempo. Los defectos visuales que corrigen son miopía, hipermetropía o astigmatismo, incluso existen lentes bifocales que son indicadas para presbicia (un problema de la visión cercana que aparece a partir de los 40 años), aunque no todas las personas con esa afección llegan a adaptarse.
Las lentes de contacto blandas de corrección visual deben ser prescriptas por el oftalmólogo, que es quien determinará el tipo de afección en la visión y requieren la intervención de un contactólogo que interprete las indicaciones y confeccione las lentes de acuerdo con la necesidad del paciente.
En el caso de que sean lentes sin un fin correctivo, aunque, en general, es fácil acostumbrarse al uso, es recomendable realizar una prueba en una óptica que cuente con un gabinete de contactología o con un profesional contactólogo. La prueba de adaptación demora alrededor de 30 minutos.
En ese lapso, el profesional evaluará la calidad de lágrimas y la sequedad natural de los ojos. Como las lentes de contacto se apoyan sobre la película de lágrimas que precede a la córnea, es necesario determinar si el fluido es suficiente para sostener las lentillas y para que no ocasione molestias o produzca lesiones.
Para mantener una visión nítida, la córnea necesita disponer del oxígeno que obtiene del ambiente a través de las lágrimas. A mayor cantidad de lágrimas, más oxigenación recibe el ojo. En ese sentido, las lentes descartables son más permeables al paso del oxígeno que las convencionales, por lo cual necesitan una menor cantidad de lágrimas. De todos modos, si las lágrimas fueran insuficientes, el contactólogo podrá sugerir un líquido humectante para un uso más seguro y confortable de la lente.
Las lentes de contacto para mejorar la visión se caracterizan por proporcionar un sistema de corrección interna. Al ser un dispositivo intraocular, permite alcanzar una agudeza visual que excede el límite que pueden brindar las gafas.
Para todos los gustos
Años atrás, las lentes de contacto de color daban un aspecto artificial a la mirada, mientras hoy, imitan el dibujo del iris y lucen más naturales. La lista de colores básica de todas las marcas son verde, azul, miel, aqua, jade, gris, topacio y café, siendo los más pedidos los tres primeros.
También existen lentes con las que es posible intensificar el color de los ojos claros. Pero, para un cambio notorio, se encuentran las lentes opacas que sustituyen el color natural del ojo. De un día para otro es posible pasar del café al verde.
Si el cambio de color de ojos está pensado para una ocasión especial, las lentes diarias pueden ser una opción para combinar, por ejemplo, con un nuevo tono de cabello o una vestimenta especial.
Pero la variedad allí no se agota. Existen lentes que no se comercializan en ópticas si no en lugares alternativos, con colores o dibujos exóticos. Así los ojos pueden lucir amarillo, rosa, ultravioleta o con diseños como alien, dragón o pájaro. En esos casos, será necesario pensar en la seguridad de un producto que no se ofrece por los canales habituales de comercialización.
Cuidados saludables y durables
Las lentillas necesitan cuidados de limpieza y tomar algunas precauciones en el uso para evitar riesgos para la salud del ojo y para obtener resultados más durables.
Las lentes de contacto blandas descartables están realizadas con hidrogel de silicona, un material que permite el uso continuo, incluso para dormir, sin riesgos de hipoxia –falta de oxigenación de la córnea-. Si bien en ocasiones pueden utilizarse unos días en forma continua, es recomendable quitarlos cada noche y guardarlos en un líquido multiacción, un producto formulado para limpiar, lubricar, desinfectar, remover proteínas -partículas que se depositan sobre la superficie de la lente- y conservar las lentes.
Las lentes de contacto blandas convencionales pueden ser usadas durante el día pero no pueden permanecer en el ojo al dormir. Cada noche es necesario conservarlas también en el líquido multiacción pero, además, requieren mensualmente una limpieza profunda con un producto específico.
El modo de conservar las lentes no sólo va a determinar su durabilidad, además, previene enfermedades oculares. Es necesario ser riguroso con la limpieza y conservación. En ocasiones, se utiliza equivocadamente solución salina como conservante, mientras que es un producto de enjuague exclusivamente.
Las lentes blandas están compuestas por materiales hidratados que se ensucian con mucha facilidad, sobre todo al estar expuestas a la contaminación ambiental, al uso excesivo de pantalla de computadora o televisión, espacios con aire acondicionado o calefacción que exigen que el ojo genere más lágrimas para lubricar y se acumulen proteínas.
Si las lentes no se conservan correctamente, se forman las proteínas crean hongos o bacterias que raspan la córnea y pueden producir edema, úlcera y conjuntivitis muy graves. Cambiar de imagen, tener los ojos deseados por una noche o por todos los días es posible, pero siempre teniendo en cuenta la salud de la vista.Ver más