Misiones, Tuesday 21 de August de 2012
 

La emblemática empresa familiar de elaboración de panificados cumplió el pasado 10 de Agosto, 23 años de existencia en la capital misionera. La emblemática empresa familiar de elaboración de panificados cumplió el pasado 10 de Agosto, 23 años de existencia en la capital misionera. 

 

Hoy en día, no solo es una de las empresas líderes en el rubro, sino que además creció hacia otros productos y servicios. Dedicación, capacitación constante, e innovación permanente, son algunos de los secretos para que Tahona se muestre hoy en día con las mismas ganas de llegar a la mesa de todos los posadeños.

“Lugar donde se elabora y se vende pan”, eso significa nada más y nada menos que Tahona (palabra presente en el diccionario castellano, aunque con raíces en los Moros). Palabra poco usada cuando queremos decir “Panadería” pero que al decirla en Posadas, todos saben que decir Tahona es lo mismo que decir eso “lugar donde se elaboran y venden panificados”, para muchos, los más exquisitos de la ciudad.  Ese lugar, como toda historia tiene un origen. Nació de la idea de Omar Acosta y su compañera de toda la vida, Gladys Falcón. Omar, nacido en Uruguay y criado en Buenos Aires, llego a la provincia de Misiones en 1984, para instalarse primero en Oberá, y luego en 1989 en la ciudad de Posadas.

“Tahona empieza en Posadas, era un sueño nuestro, porque yo en Buenos Aires era instructor de una escuela panadería para Calza, una importante marca de levadura a nivel nacional. Daba clases por todo el país en un camión escuela para esta empresa. Nos capacitaron mucho con gente de Europa. Esta empresa fue una de las primeras en traer las máquinas más modernas a la Argentina, como los hornos rotativos, las amasadoras rápidas. Entonces cuando vine a Misiones con la idea de abrir una panadería, traje una mochila llena de experiencias y conocimientos”.

“El proyecto lo pude concretar gracias a un amigo que trabajaba conmigo en Calza. Yo le plasme la idea de hacer una panadería en Posadas, el estuvo de acuerdo, y fue quien me financió el proyecto. Yo tenía la experiencia, él la financiación”

Los primeros años y  algunas perlas del recuerdo

El primer Tahona se ubicó en San Lorenzo 2028 entre Rioja y Entre Ríos. Allí empezaron a trabajar Omar y Gladys, en elaboración y ventas respectivamente. “Nos costó mucho comenzar porque Alfonsín terminaba su mandato y empezaba Menem con el 400% de inflación, entonces sin dinero, y con todo ese lio nos costo mucho arrancar, hasta que arrancamos. Por suerte fue con el pie derecho, porque arrancamos los dos, y a la semana ya teníamos varios ayudantes”.

Por aquellos años, una particular promoción realizó Tahona para hacerse conocer. Y qué manera de promocionar un negocio, que no habrá posadeño mayor de 30 años que no lo recuerde. “Cuando empezamos trajimos los primeros hornos rotativos importados de Italia. Cuando los instalamos, cocinábamos a la vista de la gente que se mostraban sorprendidas, por tu tamaño y por su material de acero inoxidable, que muchos pensaban que eran cajas fuertes, y que íbamos a abrir un banco” dice entre risas Omar. Pero no fue todo. Por aquellas épocas, el primer Tahona estaba ubicado casi al frente de una parada de Omnibus. Allí Juan Cristaldo (quien continua trabajando en la empresa), se encargada de subirse a los colectivos y con una canastita invitaba a los pasajeros con panes y galletitas para promocionar la panadería. “A veces también repartía por la cuadra” añade Omar entre risas. “Hay gente que se acuerda de eso, nos comentan siempre sobre esa promoción” agrega.

La empresa fue creciendo, al igual que los tres hijos de Omar y Gladys. Una de ellas, Natalia, se incorporó al proyecto y hoy en día se encarga de la parte de recursos humanos. A pesar de sus cuatro locales (San Lorenzo 2061, Uruguay y Trincheras, Tacuari casi Corrientes, y Buenos Aires  1669, donde está la fábrica de elaboración) y más de 60 empleados, Tahona sigue siendo una empresa familiar. Omar se dedica a la parte de compras y ventas, y no puede dejar nunca su pasión por la elaboración de los panificados: siempre está pendiente de cómo sale el producto. Y Gladys, quien es una gran Cheff, se encarga de los nuevos servicios de Tahona: comidas, y postres.

El secreto de Tahona que todos conocen

El éxito de Tahona fue haber cambiado en gran medida a la panadería misionera. La empresa familiar fue pionera en varios productos; mini facturas, panetones, panes especiales, y las famosas “Chinas”, una creación de Tahona. “Empezamos con panificados, facturas, tortas, y ahí fuimos incorporando nuevos productos, por eso nos mantenemos en el mercado, porque siempre incorporamos productos nuevos y tratamos de mejorar e innovar”.

A partir de este año Tahona cumplió otro de los sueños de los creadores, que era agregarle comidas como nuevo servicio. Comidas diarias, menúes ejecutivos, comidas rápidas, empanadas, tartas, milanesas, que son ofrecidas al público en los locales de Tahona, pero también en todo tipo de eventos.

Fue imposible no preguntar a Omar, como vería a Tahona de acá a diez años: “Esperemos existir” dice sonriendo, “el proyecto es no terminar nunca, pero estos son ciclos, si los hijos siguen…siguen, esperemos que sí,  nosotros le apostamos siempre al negocio y a darle a nuestro público lo mejor que tenemos.  Siempre innovando con cosas nuevas,  que creo que allí se ven nuestros resultados. La gente exige cada vez más, porque conoce más, porque viaja más, y mira más televisión e internet, por eso hay que estar actualizados, y nosotros pasamos haciendo cursos y capacitaciones continuamente. Nuestra función es brindar lo mejor al cliente posadeño, por ello también agradecemos a los que día a día nos eligen”.