Misiones, Sunday 1 de April de 2012

En Posadas funcionan dos y abarcan a un público de mediana edad. Las mujeres son las más compradoras, aunque algunos hombres también se animan a entrar. 

(Gentileza MOL). Los posadeños y el sex shop: ¿tabú o solución? Según los especialistas del rubro, las lealtades están divididas. Para un gran grupo de posadeños y misioneros el sex shop sigue siendo un lugar prohibido e infranqueable, pero hay otro gran sector -más desinhibido y dispuesto a suplir sus necesidades- que apuesta al rubro en su búsqueda de soluciones a los problemas en la cama, la soledad o la rutina. Para los últimos, los sex shops de la ciudad ofrecen una amplia variedad de productos.

Para Juan Devoto, dueño del sex shop Alto Voltaje (San Lorenzo 1591, casi Sarmiento), el rubro está en auge hace varios años y sobre todo gracias a la ayuda de la televisión y los programas donde se muestran los productos, lo que orienta a que el tema se tome con más seriedad. El target de clientes suele ser variado aunque reconoció que predominan los clientes heterosexuales y dentro de ese grupo, las mujeres. “La mujer es más desinhibida que el hombre, yo creo que también es una cuestión de machismo, los hombres por ahí compran por teléfono, vienen también pero no en la manera en que vienen las mujeres. La mujer viene, mira, consulta, compra. Es por la misma sociedad machista, el hombre piensa que no sirve si tiene que comprar eso, y nada que ver sino que es parte del juego erótico, dentro de las cuatro paredes”, consideró al respecto.

Además consideró que en los últimos años se ve un cambio en el promedio de edades de la franja más asidua de clientes, que hace unos seis o siete años era de un promedio de 35 años para arriba y hoy comienza de un promedio de 22 años con un conocimiento mayor de lo que el rubro ofrece, probablemente gracias a Internet y la tecnología. En ese sentido explicó “normalmente la gente joven es menos tímida y menos pudorosa que los adultos, por ahí a la gente un poco mayor le cuesta un poco más”.

Por su parte Jorge, dueño del sex shop Chocolate Caliente (Uruguay 5105, esquina Noruega) consideró que aunque la gente se está animando un poco más, todavía faltan muchos años para que los sex shops funcionen al nivel de Buenos Aires y aún más al estilo europeo. “El sex shop es una palabra que suele tenerse como tabú por eso muchos nunca entraron ni van a entrar a un sex shop. Además entre los que vienen, a veces por pudor no se animan a pedir lo que realmente necesitan” dijo. Por otro lado, señaló que quienes llevan la iniciativa a la hora de comprar suelen ser las mujeres pero que habitualmente mandan a comprar a los hombres.

 

 

Para frustraciones de cama

 

Para Jorge, el sex shop puede ser una solución a los problemas comunes que aquejan a hombres y mujeres a la hora de tener un buen rendimiento en su actividad sexual. “La sociedad tiene una problemática puntual en la mujer que no lubrica y el hombre que tiene problemas de erección o eyaculación precoz”, dijo. “Muchos hombres mayores buscan una solución canalizando con el sex shop, por ejemplo, prótesis para los problemas de erección. El sector homosexual también tiene que recurrir a un sex shop al igual que la mujer que no lubrica, para obtener geles y lubricantes adecuados”. Así, el sex shop brindaría la posibilidad de una solución más inmediata y complementaria a un problema que, para resolverse en profundidad, requiere un tratamiento específico con un sexólogo.

Otro de los problemas más comunes para el cual el sex shop constituye una alternativa es la soledad, para la que hay una amplia gama de productos como consoladores masculinos y femeninos (muñecas inflables, vaginas manuales y colas con vagina y vibrador).

“Acá tenemos soluciones para esos problemas. Venir a un sex shop es elegir”, remarcó