Se cumple el primer aniversario de la desaparición del nene de 5 años, en Corrientes. El debate oral podría ser antes de fin de año. Hay además una causa conexa donde serán juzgadas otras diez personas.
A un año de la desaparición de Loan Danilo Peña en el paraje Algarrobal de la localidad de 9 de Julio, en Corrientes, todavía no se sabe con exactitud qué pasó. ¿Se lo llevaron? ¿Lo sacaron del país? ¿Hubo un accidente? ¿Quién o quiénes participaron? ¿Por qué? Las preguntas son muchas pero las respuestas pocas.
Desde el 13 de junio de 2024 el paradero del nene es un misterio, pese a los exhaustivos operativos de búsqueda y las múltiples hipótesis que manejó la Justicia.
Tras 12 meses de investigación, los sospechosos hoy son los mismos que al comienzo del caso. Se trata de Antonio Benítez (38), Mónica del Carmen Millapi (35) y Daniel “Fierrito” Ramírez (49), quienes acompañaron al nene al naranjal.
Cinco días después, Carlos Pérez (63) y Victoria Caillava (53) también quedaron detenidos. En un giro impensado, junto a ellos cayó el jefe de la comisaría de 9 de Julio, Walter Maciel (44); mientras que la última arrestada fue la tía del nene y pareja de Benítez, Laudelina Peña (46). Los investigadores lograron acreditar que los 7 intervinieron en la sustracción y el ocultamiento de Loan.
Según la reconstrucción de los hechos, el 13 de junio Loan fue en caballo junto a su papá hasta la casa de su abuela Catalina. Allí el almuerzo comenzó entre las 12.30 y las 13.00. Esto pudo corroborarse por la foto que sacó Laudelina con el celular de su hija Macarena, con los invitados sentados en la mesa.
Tras 12 meses de investigación, los sospechosos hoy son los mismos que al comienzo del caso. Se trata de Antonio Benítez (38), Mónica del Carmen Millapi (35) y Daniel “Fierrito” Ramírez (49), quienes acompañaron al nene al naranjal.
Cinco días después, Carlos Pérez (63) y Victoria Caillava (53) también quedaron detenidos. En un giro impensado, junto a ellos cayó el jefe de la comisaría de 9 de Julio, Walter Maciel (44); mientras que la última arrestada fue la tía del nene y pareja de Benítez, Laudelina Peña (46). Los investigadores lograron acreditar que los 7 intervinieron en la sustracción y el ocultamiento de Loan.
Según la reconstrucción de los hechos, el 13 de junio Loan fue en caballo junto a su papá hasta la casa de su abuela Catalina. Allí el almuerzo comenzó entre las 12.30 y las 13.00. Esto pudo corroborarse por la foto que sacó Laudelina con el celular de su hija Macarena, con los invitados sentados en la mesa.
Según los investigadores, Benítez, Ramírez, Millapi y Laudelina aprovecharon que el papá de Loan y la abuela estaban haciendo la sobremesa, conversando con el matrimonio de Pérez y Caillava, y apartaron a Loan con la excusa de ir a buscar naranjas con otros nenes en un naranjal ubicado a 576 metros, unos 10 minutos a pie.
En ese recorrido y a medio camino, en una tranquera en la que estaba Ramírez esperando a las mujeres y a los nenes, Laudelina habría convencido a Camila Núñez (prima de Loan) de volver a la casa con el argumento de que allá también había árboles con naranjas. De esta manera, los chicos siguieron su camino solo con Benítez y el matrimonio de Ramírez y Millapi.
Una vez en el naranjal, según los investigadores, “se produjo un suceso que terminó con la sustracción de Loan, el cual fue alejado del lugar y ocultado”. Aunque no está claro qué fue lo que pasó, la Justicia sospecha que para llevárselo utilizaron la camioneta Ford Ranger blanca del matrimonio de Pérez y Caillava, en la cual los perros rastreadores encontraron el olor del nene.
Para todo esto, siempre en base a la hipótesis de los investigadores, contaron con la participación del comisario Maciel, quien montó un “falso escenario de búsqueda” e impartió y ejecutó distintas medidas para entorpecer e imposibilitar el hallazgo. De acuerdo a la declaración de las personas que participaron del almuerzo, la presencia de José y Loan en la casa de la abuela no estaba prevista, debido a que no los habían invitado y la visita se dio de forma espontánea.
Desde la última vez que vieron a Loan, la única pista clave fue uno de sus botines, encontrado en un campo vecino en un sector con barro. El hallazgo, contradictoriamente, se lo atribuyeron en distintos momentos Laudelina, Macarena Peña y Maciel. Sin embargo, la Justicia comprobó finalmente que fue Maciel quien lo plantó.
Un dato llamativo que ocurrió en las primeras horas de búsqueda, a las 2.00 del 14 de junio, fue que se difundió la noticia de que habían encontrado al nene sano y salvo. Esto provocó confusión y que la investigación se desviara.
Durante los rastrillajes, los perros de búsqueda mostraron interés sobre el olor de Loan, pero en ningún momento definieron una trayectoria o un rumbo a seguir. Solo uno de ellos, el 14 de junio, marcó su rastro en la zona de búsqueda cerca del naranjal, pero no pudo indicar el posible camino por el que salió el nene.
La denominada zona cero y sus adyacencias fueron rastrilladas decenas de veces por fuerzas de seguridad provinciales y federales. Los resultados siempre fueron negativos.
Otro punto que se destacó en el requerimiento de elevación a juicio es que en ningún momento nadie escuchó a Loan gritar, llorar o pedir auxilio. De hecho, lo que al principio se presentó como un lugar remoto, aislado y deshabitado, resultó ser un paraje poblado. Además de la casa de la abuela, hay varios vecinos en los alrededores del naranjal.
Aunque Loan no iba seguido a esa zona, varios testigos coincidieron en que no era posible que se perdiera, ni que la vegetación le impidiera ubicar los caminos abiertos. De hecho, horas después de su desaparición, el paraje se encontraba repleto de gente ayudando en su búsqueda y esa misma noche hasta se utilizaron drones.
Benítez, Laudelina y Ramírez buscaron instalar la idea de que alguien se podría haber llevado a Loan, cuando ellos y sus allegados inmediatos eran las únicas personas presentes en el lugar. Ningún testigo colocó en escena a nadie ajeno.
A un año, la hipótesis más fuerte es la de la sustracción y el ocultamiento, pero esto no descarta la hipótesis de que hubiera sido víctima de un suceso violento o de un accidente en el naranjal. Lo que sí está confirmado, incluso ante este último escenario, es que los detenidos se ocuparon de llevárselo y mantenerlo oculto.
Las 17 misteriosas llamadas entre Antonio Benítez y Laudelina Peña
El esposo de Laudelina Peña y tío de Loan, Antonio Benítez, fue el primer detenido en la investigación, luego de que cinco nenes declararan que los había llevado a buscar naranjas. Imputado en un principio por “abandono de persona”, en una de sus dos declaraciones dijo que nunca vio cuando Loan cuando desapareció y que no sabe qué pasó. Está preso desde el 15 de junio de 2024.
Una de las inconsistencias más importantes tiene que ver con una comunicación telefónica de más de nueve minutos con Laudelina, en la que le habría dado aviso de la desaparición y le habría preguntado si el nene no había regresado a la casa de Catalina.
Lo llamativo para los investigadores es que ambos dieron respuestas diferentes sobre por qué se había extendido tanto ese llamado. ¿Qué ocultaban? “Capaz quedó prendida la llamada”, dijo Benítez cuando le preguntaron, mientras que Laudelina afirmó: “Hablábamos de que estábamos buscando a Loan. No estuvimos hablando, sino en línea”.
Como si esto fuera poco, entre las 14.25 y las 17.39 del día de la desaparición, Laudelina y Benítez se comunicaron otras 16 veces por teléfono. Siempre fue él quien la llamó y ella solo lo atendió en seis oportunidades.
Meses después, ya presos, siguieron hablando por teléfono. En una charla que data del 15 de septiembre del año pasado, Benítez cerró la conversación diciéndole: “Hay unas cosas que después te voy a contar, dando vueltas por ahí”.
Ese mismo día, dos horas después, se contactó nuevamente. “Hay que juntar fuerzas, sé que he cometido errores, sé que en algún momento vamos a sentarnos a hablar, sé que tengo que pedirte perdón por las cosas que he cometido, que hay cosas que te tengo que preguntar, pero quiero que a través de esta distancia estemos bien. Tenemos que tratar de unir fuerzas…”, le dijo.
Al igual que Benítez, Laudelina declaró dos veces. Señalada por todos los protagonistas como la mujer que sabe detalles que no conoce nadie más, la tía de Loan fue una de las piezas claves en el desorden de la investigación.
Durante los primeros días tuvo un rol secundario, pero cambió su participación la noche en la que denunció ante un fiscal provincial -cuando la causa ya estaba en manos federales- que Pérez y Caillava habían atropellado a Loan con su camioneta Ford Ranger blanca y que la habían amenazado para que no dijera nada.
La versión fue desestimada casi de inmediato por dos personas: Camila Núñez, la prima de Loan que estuvo con ella cuando iban al naranjal; y la hija de Laudelina, Macarena, quien denunció que a su madre la habían amenazado de muerte para que dijera el dato falso. Pocas semanas después, la tía de Loan le confesó a su abogada que había mentido. Quedó detenida el 5 de julio de 2024.
Habló con su hermana y apuntó contra un amigo: el rol de Daniel “Fierrito” Ramírez
El íntimo amigo de Benítez fue el segundo en llegar al árbol de naranjas en el monte. Lo hizo junto con su esposa, Mónica del Carmen Millapi, y con los otros nenes que formaron parte del almuerzo, incluido Loan.
En los horarios de la desaparición, se registraron dos llamadas telefónicas sospechosas. A las 14.09, Ramírez -desde el naranjal- habló por teléfono con su hermana, Mabel, y estuvieron conversando durante más de ocho minutos.
Durante la investigación se supo que fue él quién llamó a la mujer, y no al revés como había asegurado. Esa comunicación efectivamente existió, ya que fue corroborada por los nenes que declararon en Cámara Gesell. “Daniel estaba con el celular cerca del barro”, reveló uno de ellos. El motivo del llamado habría sido para informarse sobre la salud de otro de sus hermanos, Miguel.
Ramírez indicó que la última vez que vio a Loan había sido después de las 14.00: “Cuando me retiré a hablar por teléfono con mi hermana, ya no presté atención, me desconecté”. Según señaló, ahí vio que Loan estaba parado al lado Benítez, pelándole una naranja.
Tanto él como su esposa son amigos de Catalina desde hace varios años. Del almuerzo, solo conocían a otras dos personas: a Benítez, amigo de la infancia de Ramírez, y a su esposa, Laudelina.
En su declaración ante la Justicia, dijo que Benítez tuvo que haber sido el último que vio a Loan, pero denunció un sospechoso accionar en la comisaría de 9 de Julio: “Me obligaron a que le eche la culpa de todo a Benítez”. Está preso desde el 15 de junio de 2024.
Mónica del Carmen Millapi
El relato de Millapi es similar al de su marido, Ramírez. Según sus dichos, se alejó de los nenes para saber las novedades sobre el estado de salud de su cuñado y ahí perdió de vista al nene.
A los pocos minutos de la desaparición, se retiró de la casa de la abuela Catalina con el Volkswagen Voyage que había llegado al almuerzo. Regresó alrededor de las 16.30, según contó el papá de Loan, y se desconoció el motivo de su ausencia durante esas dos horas.
Millapi, además, fue la primera en declarar y dio un testimonio clave que comenzó a complicar la situación del comisario. “Nos dicen que apareció Loan, que nos quedemos tranquilos. Un policía nos dice primero, y después, el comisario (Maciel). Horas después, nos enteramos de que era una falsa alarma”, precisó. El auto con el que ella y Ramírez fueron a la casa de Catalina fue peritado y arrojó resultados negativos.
Está detenida desde el 15 de junio de 2024. Actualmente, y a diferencia del resto de los procesados, cuenta con el beneficio de la prisión domiciliaria en una casa de Neuquén capital.
El papel de María Victoria Caillava: de la acusación de Laudelina Peña a sus mensajes borrados
Es una de las principales protagonistas en la desaparición. La exfuncionaria de 9 de Julio se fue del almuerzo con su esposo, Carlos Pérez, justo cuando comenzaba la búsqueda de Loan. ¿El argumento? Tenían que llegar a las 15.00 a su casa para ver el partido de River contra Deportivo Riestra.
A partir de ahí, todo lo que hizo -según la Justicia- es sospechoso. En primer lugar, la noche que desapareció el nene fue de urgencia a la guardia del hospital Romero para atenderse por una crisis de nervios. Al día siguiente, tanto ella como su marido viajaron en un Ford Ka primero a Corrientes capital y luego hacia Chaco. Allí estuvieron hasta el sábado 15 de junio.
En el medio, le encontraron mensajes borrados de una conversación con su esposo Pérez, y Laudelina Peña la acusó de haber atropellado a Loan y haberla amenazado para que no dijera nada. Está detenida desde el 21 de junio de 2024, al igual que su esposo.
Carlos Pérez, excapitán de navío de la Armada y esposo de Caillava
De acuerdo a la declaración de Pérez, el día del almuerzo fue la primera vez que estuvo en el campo de Catalina y lo hizo para acompañar a su esposa. Insistió para irse porque quería ver a River y manejó la camioneta con la que se fueron, a pesar de que comenzaba la búsqueda de Loan.
El excapitán de navío de la Armada siempre estuvo en el ojo de la tormenta por su misteriosa actividad en su celular. Las pericias indicaron que le envió dos mensajes de audio al comisario Maciel ni bien comenzaba la búsqueda, pidiéndole seguridad y deslizando la posibilidad de que le plantaran algo sospechoso en sus autos.
“La verdad que tenemos miedo, tenemos temor de que alguien venga a intentar dañarnos o a plantarnos alguna prueba en la camioneta o en el auto”, dijo en el primero de sus mensajes.
Después se refirió a la camioneta donde luego los peritos encontraron rastros de Loan: “Considero oportuno que lo antes posible nos pongan una custodia policial para evitar cualquier situación que puedan plantar una prueba, venir con una prenda del niño y pasarla por la camioneta o acá en el fondo de casa”.
A esos mensajes de voz se le sumaron algunas actividades que hizo con el teléfono durante la desaparición: buscó un mapa de San Juan y material pornográfico en internet. Se encuentra detenido desde el 21 de junio de 2024, al igual que su esposa.
Walter Maciel, el comisario que buscó desviar la investigación y cayó semanas después
El comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, tuvo un rol fundamental los primeros días de la desaparición. Su participación fue clave para desviar la búsqueda, porque fue quien -según los investigadores- plantó el botín embarrado en el campo ubicado enfrente de la casa de Catalina.
El 13 de junio, Maciel se fue de la comisaría a su casa a las 14.35 y pidió que lo llamaran solo si había una emergencia. 15.45 la policía tomó conocimiento de la desaparición de Loan. De acuerdo a las declaraciones de los subalternos, de inmediato intentaron contactarse con el comisario, quien no contestó en tres oportunidades. Luego fueron directo a su casa y llegaron a las 16.
Automáticamente, Maciel mandó a Torres -el policía que lo fue a buscar- a cubrir el operativo por la procesión de San Antonio y pidió que un auto policial lo pasara a buscar a las 16.30. Quince minutos después ya estaba en lo de Catalina.
La situación explotó luego de que los subalternos confirmaran que Maciel les había pedido que cambiaran los horarios en el libro de actas de guardia. “Tenía en mi celular la hora que me llamó Duarte que era a las 15:38, pero el comisario me dijo que coloque que fue a las 16:15. Le dije que tenía el horario que me llamaron y me dijo ‘vos hacés lo que te digo’. No sé lo que quería hacer. Después, realmente salimos al campo 16:50, pero dijo que ponga 16:16″, apuntó uno de ellos.
“No me explicaba por qué. Ahora pienso que estaba con la gente que hizo el tema, porque me hizo cambiar el horario. Para mí que quiso tapar el momento en que me hacen la llamada y él nos dice que sigamos con la procesión en vez de ir a buscar”, añadió.
Cuando llegaron a la casa de Catalina, otro de los subalternos aseguró que Maciel les dio la directiva de que fueran al monte y les dijo que él se iba a hacer cargo de entrevistar a los familiares de Loan.
Según todas estas pruebas, para la Justicia, Maciel “obstaculizó deliberadamente la etapa inicial de la investigación, afectando gravemente la posibilidad de establecer tanto el paradero del niño como las circunstancias en las que ocurrió el hecho investigado". Se encuentra detenido desde el 21 de junio de 2024.
Un juicio que se aproxima
Desde el 4 de diciembre de 2024, Pérez, Caillava, Ramírez, Benítez, Laudelina y Millapi fueron procesados con prisión preventiva en calidad de coautores materiales penalmente responsables del delito de sustracción de un menor de 10 años, y por el delito de amenazas en concurso real en el caso de Caillava y Maciel.
Por su parte, en un comienzo a Maciel se le atribuyó el delito de encubrimiento por favorecimiento real, agravado por la gravedad del delito precedente y su calidad de funcionario público. Sin embargo, el 10 de abril de 2025, la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes modificó esa calificación legal mediante una resolución. Finalmente, fue procesado por el delito de sustracción de un menor de 10 años en calidad de partícipe necesario.
El pasado 5 de junio, la Justicia Federal de Goya elevó a juicio la causa por la desaparición de Loan contra estos siete detenidos. Podrían recibir una pena de 5 a 15 años de prisión. Se estima que el juicio podría comenzar a fines de este año o luego de la feria judicial de verano, en febrero de 2026.
En paralelo, otros diez acusados de encubrir la desaparición de Loan irán a juicio
El 14 de mayo de 2025, la Justicia de Corrientes elevó a juicio la causa contra otros diez acusados de encubrir la desaparición de Loan. Ellos son los abogados, psicólogos y otras personas que se autodefinían como miembros de la “Fundación Lucio Dupuy”. Se los acusa de haber manipulado la familia del nene.
La resolución fue firmada por Cristina Pozzer Penzo, titular del Juzgado Federal de Goya, a cargo de la investigación del caso. Según la magistrada, los imputados por encubrimiento manipularon a los padres de Loan e instigaron a algunos testigos a dar testimonios falsos, todo dentro de una trama de entorpecimiento de la investigación.
Los acusados de encubrir la desaparición de Loan
Entre los acusados está Nicolás Gabriel Soria (43), alias “El americano”, que irrumpió en 9 de Julio desde el inicio de la búsqueda y actualmente se encuentra detenido. Según fuentes del caso, decía que era de la Central de Inteligencia Americana (CIA) o de Interpol, y que reportaba a distintos organismos de inteligencia.
Fue arrestado en septiembre de 2024 en su casa de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Lo señalaron por aislar a las hijas de Laudelina en un hotel, intervenir sobre la defensa de la mujer y operar sobre la familia, entre otras maniobras. Solía estar acompañado de Alan Cañete (32) y Elizabet Noemí Cutaia (45), quienes también se encuentran detenidos por encubrimiento. Estos últimos llegaron a Corrientes entre el 23 y 24 de junio.
Aunque Cañete se presentó como abogado en la investigación, no tenía título. Sin embargo, sí poseía -junto a la abogada Cutaia- un estudio jurídico llamado “CyC”, del que él mismo da cuenta en su declaración indagatoria, al decir “no voy a negar que me servía para mi estudio jurídico haber estado en el caso”.
Entre los acusados también están Esteban Rossi Colombo (43), Leonardo Rubio (38), Pablo Javier Noguera (43), Verónica Machuca (50), Valeria López (50), Delfina Taborda (22) y Pablo Gabriel Núñez.
La jueza Cristina Pozzer Penzo consideró que la intervención del grupo tuvo una influencia clave para las declaraciones posteriores de todos los testigos de la causa, ya que mediante promesas falsas -como regalos- lograron cambiar el relato de las víctimas que se encontraban en una situación vulnerable.
Una segunda Cámara Gesell comprobó que varios nenes que estaban en el naranjal cuando desapareció Loan cambiaron su versión tras ser influenciados por algunos de los miembros de esta banda.
Al mismo tiempo, señaló que los imputados retuvieron en el hotel “Despertar del Iberá” a menores y a dos mujeres, Camila Núñez y Macarena Peña, en condiciones irregulares, restringiendo su libertad, manipulando sus declaraciones y utilizando su presencia para entorpecer la causa durante alrededor de diez días, bajo un supuesto programa de contención que no contaba con el aval de organismos oficiales.
La jueza entendió que los imputados actuaron de manera organizada y con división de roles para llevar adelante los hechos, teniendo un impacto significativo en el proceso judicial y en la búsqueda.
Están procesados con prisión preventiva por privación ilegítima de la libertad, estafa calificada, encubrimiento y usurpación de títulos. Esto último en relación a Cañete, Núñez, Machuca y López.
Algunos fueron beneficiados, como Rubio y Taborda, a quienes les revocaron el procesamiento en relación a la privación ilegítima de la libertad. Además, en relación a Rubio, se modificó su participación en el delito de encubrimiento a la de partícipe secundario. En el caso de Noguera, también se cambió parcialmente su grado de participación y quedó como partícipe secundario.