Nacional, Monday 9 de December de 2024

Será juzgado por un tribunal popular y las audiencias se harán esta semana en los tribunales de San Isidro. La fiscalía pedirá prisión perpetua.

Fue uno de los crímenes más aberrantes del último tiempo y tendrá su juicio a partir de este lunes, cuando comience a evaluarse la conducta del único acusado, Martín Del Río, el hombre sospechado de matar a sus padres José Enrique Del Río (75) y María Mercedes Alonso (72) en una casona de Vicente López para ocultar el desmanejo económico que había hecho con la fortuna familiar.

El proceso constará de cinco audiencias que se realizarán en el Tribunal Nº 7 de San Isidro. Será bajo el sistema de jurado popular, la modalidad por la que optó el acusado amparado en la ley de la provincia de Buenos Aires, que le da derecho a elegir cómo quiere ser juzgado.

Los 12 integrantes, que deberán deliberar y expresar su veredicto al final de la semana, serán elegidos a partir de las 9 de este lunes. El resto de la jornada trascurrirá a la tarde. Se espera que entre las 14 y las 15 comiencen los lineamientos de apertura del juicio.

Del Río llegará al tribunal desde la Unidad Penal Nº 48 de San Martín, donde se encuentra alojado desde octubre de 2022, cuando se convirtió en el principal sospechoso del doble parricidio ejecutado en agosto de ese mismo año. Las imágenes tomadas por una cámara de seguridad, que lo captó al salir de la casa de las víctimas en el horario del crimen, serán probablemente la prueba clave a la hora de la deliberación del jurado popular.

Además, pasarán cerca de 50 testigos: 25 de ellos fueron citados por la acusación, a cargo de los fiscales Alejandro Musso, Marcela Semería y Gastón Larramendi, mientras que a los restantes los convocó la defensa, llevada adelante por la abogada Mónica Chirivin.

La imputación oficial acusa a Del Río de “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma y por ser criminis causae”, la cual tiene una pena de prisión perpetua. Esa es la que reclamarán los fiscales. El jurado popular solo define, en base a las pruebas que se presenten en el juicio, si el acusado es culpable o no. La sentencia la impone el juez técnico.

Entre los testimonios que aportará la fiscalía estará el de María Nina Aquino, la empleada de las víctimas. Se trata de la mujer que descubrió los cuerpos sin vida en el garaje de la casa de Melo al 1101 y la primera detenida del caso. Ella había sido sospechada en un primer momento por actuar como entregadora ante la hipótesis inicial de que se había tratado de un robo.

Esa hipótesis, que fue la principal línea investigativa durante los primeros días, se forjó debido a que en la casa se había montado una escena similar a la de un asalto, con papeles y objetos desordenados y la falta de algunos objetos. Pero para acusar a la empleada nunca hubo pruebas, ella fue liberada y la investigación dio un giro.

También se espera la declaración de Diego del Río, el hijo mayor de las víctimas, quien no dudó en reconocer a su hermano en la escena del crimen al ver las imágenes de las cámaras de seguridad que lo filmaron en las inmediaciones del domicilio de Vicente López el día en el que ocurrió el hecho.

“Un 90% que es mi hermano. Si se viese bien la cara sería un 100%, más allá de la mezcla de sentimientos que pueda tener por tratarse de mi hermano”, dijo la primera vez que habló ante los fiscales.

Según creen los fiscales y los propios parientes de Del Río, el móvil del doble asesinato fue económico y está vinculado a los desmanejos financieros del imputado con los bienes y negocios familiares. También a la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día, el 24 de agosto de 2022, iban a mudarse a un lujoso departamento de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Río hijo nunca pudo concretar. Era una mentira.

Fuente: Infobae