Misiones, Wednesday 21 de April de 2021

La medida se concretó bajo apercibimiento de uso de la fuerza pública y multa. Las denunciantes de violencia obstétrica padecerían daño físico, psicológico y discapacidad

Mediante un mandamiento emanado del Juzgado Civil y Comercial N° 2 de Oberá, a cargo de la magistrada Mónica Viviana Drganc Fernández, ayer por la mañana un oficial de justicia procedió al secuestro de las historias clínicas y demás documentación específica del hospital Samic de Oberá en el marco de dos causas por violencia obstétrica y presunta mala praxis médica.

La medida se concretó bajo apercibimiento de uso de la fuerza pública y multa, aunque las autoridades del nosocomio se mostraron colaborativas y entregaron todo el material solicitado.

 

Dichas diligencias incluyeron el secuestro de los informes médicos correspondientes a Débora Marisol López (19) y de su hijo Thaiel Konsinki, y de Lorena Roman (25) y de su hijo Loan Marcelo Román.

 

Además de las historias clínicas, se requirieron los partes de enfermería, los libros guardia y de novedades de la sala donde estuvieron internados los pacientes.

 

 

En diálogo con El Territorio, el abogado David Mousquere, quien patrocina a Roman y López -en el segundo caso junto a su colega María Cristina Salguero-, contó que el procedimiento de la víspera se concretó con el objetivo de identificar a los profesionales que intervinieron en los citados casos, paso previo a entablar demandas por mala praxis.

“No va ser un proceso corto, va constar de pruebas, de pericias médicas y análisis. Del resultado de las pericias se determinará si hubo alguna negligencia en el accionar de los médicos”, detalló.

 

En el caso de López, precisó que la joven padeció “daño físico y en la capacidad reproductiva, además de daño psicológico”.

En tanto, Román también sufrió “daño psicológico y físico, mientras que el bebé acarreará una discapacidad de por vida”.

 

Cesárea sin necesidad

 

Con relación al caso de Débora López, la denuncia especifica que a principios de agosto de 2019 se presentó en el Samic para realizarse un testeo clínico de embarazo, circunstancia en la que fue atendida por una partera que la “trató de muy mala manera” y, a pesar de confirmarle que estaba embarazada, no le brindó ninguna indicación.

 

El 27 de septiembre del mismo año la joven llegó al nosocomio con dolores abdominales y fue atendida por un médico, quien “sin mayores estudios ni análisis previos le manifestó que debía operarla inmediatamente porque, según estimaba, el niño que llevaba en su vientre estaba muerto”, se cita en la denuncia.

 

Fue así que a las 18 de ese mismo día el médico le practicó una cesárea para extraer al supuesto bebé fallecido.

 

En tanto, a las 6 del día siguiente la paciente fue dada de alta y le indicaron que debía regresar en quince días para retirarle los puntos de sutura.

 

“Luego de la intervención quirúrgica, el doctor B. manifestó que la cesárea fue un éxito rotundo y que se procedió a retirar sin dificultades al niño fallecido”, se especifica en la demanda.

 

Pero dos semanas después el mismo médico se negó a atenderla y la derivó al centro de salud de su barrio, donde para sorpresa de la joven le confirmaron que estaba embarazada de cinco meses.

 

Efectivamente, su hijo Thaiel nació el 21 de febrero del año 2020 en el Samic, también mediante cesárea.

 

“Se olvidó de avisarme”

 

En la presentación judicial se deja constancia que López le cuestionó al médico interviniente por su accionar, ya que en ningún momento le habría dicho que en la cirugía de septiembre de 2019 encontró que el bebé estaba vivo y que el embarazo seguía en curso. Al contrario, le manifestó que había sido extraído.

 

Al respecto, en la denuncia se cita: “El doctor B. intentó en varias oportunidades mediante llamados telefónicos convencer a la madre del menor de que “no le haga problemas” y que “podría arreglar de otra forma este tema, pero que no lo haga público”, situación que fue desoída por la señora López, la cual desea que sea haga justicia tanto penal como civilmente por los daños producidos a su persona en su faz física y moral”.

 

En este contexto, se menciona que la joven se halla cursando un nuevo embarazo, por lo que el precedente podría perjudicar el nuevo parto, ya que en un corto lapso de tiempo le practicaron dos cesáreas.

 

Por su parte, en diálogo con este diario, Débora López se mostró preocupada ante la inminencia del nuevo parto y mencionó que los médicos le anticiparon que será un procedimiento de alto riesgo. “Tengo miedo de no aguantar”, manifestó.

 

Sobre el accionar del médico que la operó en 2019, comentó que al confirmar que seguía gestando “le pregunté al doctor qué hizo y me respondió que me abrió y el bebé estaba bien, entonces me cosió nomás, pero que se olvidó de avisarme”.

 

“Pero que no hay problema, mamita, dijo todavía. Me hizo algo que no tenía necesidad. Me trató peor que a un animal. Después me ofreció para atenderme en una clínica, y otras cosas. Le conté a otra médica y me dijo que haga la denuncia”, agregó.

 

Secuelas de por vida

 

Por otra parte, la denuncia de Lorena Roman por la presunta mala praxis en perjuicio de su pequeño de ocho meses se basa en el diagnóstico emitido por el hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, a donde acudió por respuestas que no habría encontrado en el Samic.

 

El pequeño padece parálisis braquial obstétrica (PBO), lesión que afecta a la extremidad superior y sobreviene por un traumatismo producido en el mecanismo del parto.

 

Se trata de una lesión irreversible que le impide la movilidad del brazo derecho, incluyendo hombro y mano.

 

Roman comentó que los controles previos al parto no arrojaron ninguna anormalidad ni se fijó una cesárea, a pesar de que el pequeño nació con cinco kilos de peso.

 

El 3 de agosto del año pasado llegó al Samic con muchos dolores, ingresó por guardia y la ubicaron en el sector de parturientas.

 

“Pasó un buen rato, me llevaron a la sala de partos y me decían que empuje fuerte. La partera me tocó y sintió que el bebé era grande, pero no sé por qué no me hicieron una cesárea. Pasó como una hora, no tenía más fuerza para empujar y sentía que mi iba. Me pusieron oxígeno; en eso sentí el estirón y la partera dijo: “la puta madre”, y le pidió a la enfermera que llame al doctor. Vino un doctor medio robusto, directamente se trepó encima de mí y empujaba mi panza con los codos. Me lastimó todo”, mencionó.

 

El recuerdo del parto aún la conmueve. Un momento tan esperado para cualquier mujer, convertido en “una verdadera pesadilla”, según graficó.

 

Meses después el pequeño fue derivado al hospital Neonatal de Posadas, donde halló la contención necesaria, destacó Roman. También ponderó el apoyo del “doctor Váldez del Samic, que me dio la derivación a Buenos Aires”.

 


Antecedente reciente
El pasado 9 de abril, El Territorio publicó detalles de la denuncia de Talía González (21), residente en Villa Bonita, municipio de Campo Ramón, quien el 27 de marzo dio a luz a su primer hijo, Izan Thaiel, pero el pequeño nunca despertó y falleció al quinto día.

 

Según la denuncia radicada en la Fiscalía de Instrucción Dos de Oberá, a las 40 semanas de embarazo la damnificada llegó al Samic para una consulta porque no presentaba contracciones y la profesional que la atendió recomendó su internación porque estaba con la presión arterial muy alta.

 

“Estuve ocho horas con la bolsa rota y por eso a mi bebé le faltó oxígeno. Nació casi sin signos vitales, lo tuvieron que reanimar y lo internaron en neo con oxígeno. Yo me cuidé nueve meses, lo soñé, lo esperé con todo el amor del mundo. Estoy destrozada. Quiero justicia para mi hijo, que nadie más pase por lo que pasamos”, expresó la denunciante.

 

González precisó que luego del deceso, un médico le informó que su bebé padeció por la falta de oxígeno “en las ochos horas que me dejaron con la bolsa rota, que eso perjudicó todo su organismo y su cerebro estaba muy inflamado”.