El hijo denuncia penalmente a su tío, padrino y ex apoderado de haber “robado” temas inéditos de la cantante.
El legado de Gilda está en Tribunales y la batalla legal se ha desatado en el seno de la familia. “Crónica” tuvo acceso, en forma exclusiva, a la denuncia penal que realizó el hijo de la cantante, Fabrizio Cagnin, único familiar que sobrevivió al accidente de hace 15 años, contra su propio tío y ex apoderado legal, Omar Eduardo Bianchi. Traición, dinero y plagio.
Fabrizio Cagnin es uno de los hijos que Miriam Alejandra Bianchi, Gilda, había concebido con su ex pareja, el empresario Raúl Cagnin. Mariel, la hija de la pareja, falleció en el accidente sucedido en Entre Ríos el 7 de septiembre de 1996.
Pasaron 15 años de aquel hecho en el cual Fabrizio, que en ese momento tenía 8 años, debió afrontar su vida acompañado por Omar Bianchi, abogado y su apoderado hasta la mayoría de edad. Jamás imagino que el único vínculo familiar que mantenía con su madre lo traicionaría.
La familia Cagnin, hoy integrada por Raúl y Fabrizio, siempre evitó los medios. Desde la muerte de la cantante no quisieron salir a hablar. “Crónica” intentó comunicarse con ellos pero allegados a la familia resaltaban la negativa.
Según consta en la denuncia por plagio, Fabrizio, cerca de alcanzar su mayoría de edad, descubre la magnitud de la figura de su madre a nivel público. Entre aquellas pertenencias encuentra canciones de su madre, aún no editadas, escritas de puño y letra, pero grande fue su sorpresa cuando se enteró que esos temas ya habían sido registrados en Sadaic pero no a nombre de él, como debería haber sucedido, sino a nombre de su tío, Omar Bianchi, que además de ser su abogado y apoderado legal hasta cumplir la mayoría de edad, es su padrino.
Su padre, quien nunca tuvo una buena relación con el hermano de su ex mujer, veía todos los movimientos extraños de su ex cuñado pero no quería provocar un malestar en Fabrizio, que adoraba a su tío.
Luego de varias semanas, Fabrizio, hoy de 23 años, decidió despedir a su tío como abogado de la familia e investigar todos los movimientos legales y económicos que realizó durante la minoría de su sobrino y ahijado.
De aquellos seguimientos surgieron al menos 10 temas, entre ellos “Rompo las cadenas” y “Nunca lo olvido”, que aparecían registradas bajo el nombre Omar Bianchi. De esta forma, las regalías de estos temas fueron a parar al bolsillo del hermano de Gilda, que en poco tiempo compró una importante casa y cambió de coche en varias oportunidades. Lo cierto es que Bianchi jamás transfirió al único heredero de Gilda, Fabrizio, un solo centavo con el argumento “de que lo hacía en beneficio de su ahijado”.
Por la causa ya desfilaron varios testigos y el fiscal estaría decidido a indagar al acusado.