Misiones, Friday 20 de November de 2020

En el año de la pandemia, el sector forestoindustrial de Misiones está a punto de marcar otro antecedente

Por primera vez, ante la alta y sostenida demanda de la materia prima, tanto en el mercado interno como externo, se analiza en el sector evitar la habitual parada técnica de los aserraderos y aplazar las vacaciones del personal. Cuando en esta época del año siempre se analizaba otorgar tanto vacaciones como disminuir horas de producción por las bajas ventas o demanda, ahora sucede todo lo contrario: los empresarios analizan mantener el ritmo de producción para intentar cumplir con todos los pedidos que les están efectuando dentro y fuera del país

Como viene informando El Territorio, la forestoindustria fue uno de los primeros sectores en lograr reponerse ante el parate de actividades al declararse medidas de aislamiento total por la pandemia del coronavirus que comenzó a regir el 20 de marzo en el país.

 

En esa ocasión, en menos de quince días, se libraba una autorización excepcional para el reinicio de actividades de los aserraderos, junto a las fábricas de productos y comercialización de madera, entre otros. “Recordemos que después de comenzar la pandemia, en la segunda semana el gobierno provincial solicitó a la Nación que el sector sea considerado esencial y fue acertado como hoy está a la vista”, resumió Domingo Paiva, secretario general del Sindicato Obrero de la Industria Maderera de Eldorado (Soime).

 

Como resultado de esta recuperación del sector, afirmó que en el último trimestre “hemos recuperado unos 200 puestos de trabajo, justamente porque el sector tuvo este crecimiento”.

 

 

A nueve meses

Hoy se cumplen nueve meses de haberse declarado las medidas de aislamiento -convertido hoy en distanciamiento en Misiones- y desde entonces, el sector de la forestoindustria no se detuvo. Ahora los empresarios no quieren parar de producir, para aprovechar el buen momento que se transita. “Las ventas vienen sostenidas desde junio y julio de este año, tanto en el mercado interno como externo”, resumió Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima).

 

 

Entiende que la actual demanda del producto puede sostenerse y por tal razón adelantó lo que se viene analizando. “Algunas industrias que suelen hacer algunas paradas a fin de año, por bajas de ventas y vacaciones, ahora están pensando en la manera de no parar”.

De ser así, entre diciembre y los primeros días del próximo año, no se estarían analizando quiénes cubrirían los turnos mínimos que se hacían por estas fechas o tener que reducir horas de trabajo por bajas demandas, sino todo lo contrario, apelarán a la buena disposición de los empleados para que aplacen sus vacaciones.

 

“Avizoramos que en los próximos meses se van a sostener las ventas. Es un dólar que dentro de todo cierra para exportar y el mercado interno está bastante activo”, resumió Queiroz.

 

Demanda sostenida

 

El ingeniero forestal Diego Eskiviski, dedicado a la venta de madera al exterior, afirmó que hay una demanda fuerte y sostenida, tanto en el mercado doméstico como en el exterior.

 

 “No sabemos qué puede suceder entre diciembre y enero”, dijo sosteniendo que se está transitando por un año atípico. No obstante, añadió que “siguen estando los pedidos muy fuertes”.

 

Como muestra de ello explicó que se están cerrando ventas hasta marzo del 2021, lo que da cuenta que “la demanda sigue muy sostenida tanto en productos varios del sector como en volúmenes”.

 

Por ello sostuvo que “todo indica que el año que viene, también será un buen año para la madera y el cierre 2020 será un cierre de mucho trabajo. Todos los aserraderos están trabajando con una sobredemanda inclusive con algunos atrasos en las entregas por la cantidad de demanda que hay”.

 

El sindicato acompaña

 

El secretario general del Soime destacó además que justamente esta posibilidad de mantener el ritmo de actividad es la otra cara de la pandemia. Por lo tanto, también coincidió que al ser un año atípico no se produciría la parada total por las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

 

“Se verá en cada empresa si algunas paran las dos semanas de las fiestas y otros, por la alta demanda, seguramente organizarán las vacaciones por sectores”.

 

En ese sentido indicó que el sindicato estará aportando lo suyo, “sin descuidar que los trabajadores también necesitan un descanso ante un año tan atípico”.

 

Indicó que se buscará evitar que este buen momento del sector no vaya en contra de los trabajadores y pidió a los empresarios responder al esfuerzo demostrado por sus empleados en medio de la pandemia, cumpliendo todas las exigencias previstas por la ley y los acuerdos salariales. Ello al observar que “hay empresas que no cumplen con el convenio colectivo, a pesar de que reciben subsidios del Estado y no cumplen las paritarias; cuando está visto la voluntad demostrada por los trabajadores para volver a la actividad en medio de la incertidumbre sanitaria”.

 

En función de lo que puede venir consideró que “se debe trazar una buena política empresarial, sindical y gubernamental para que esto continúe”. Además, destacó  “un Estado provincial y nacional presente”, que permitió este año seguir “demostrando que el sector maderero se mantiene como una de las actividades más importantes de la provincia”.

 

Afirman que la demanda del sector depende del dólar

 

El ingeniero forestal Guido Meza que desde hace varios años se dedica al mercado exportador de madera, entiende que en este tiempo el sector logró “un retorno a la situación ideal”. Esto, en referencia a “una normalidad” para la actividad, porque “hace tiempo se pretendía llegar a estos niveles de trabajo y el mercado lo avaló”, sostuvo en cuanto a la demanda creciente de  madera producto del prolongado encierro a raíz de la pandemia mundial. “Eso fue la causa gatillo”, añadió en referencia al mayor consumo de madera, tanto en la Argentina como en el mundo.

 

El trader representante, es decir encargado de colocar la producción en el exterior, detalló que “ese mayor consumo fue al pedirse de golpe lo que se hubiera consumido en forma paulatina”. Entiende que “no habría que hablar de crecimiento, sino de una aceleración para recuperar el tiempo perdido. Es lo que estuvimos viviendo, una compra compulsiva y acelerada para ganar el tiempo que no se estuvo comercializando”.

 

De esta manera concluye que “el año termina muy bien en términos de volúmenes de ventas, pero con mucha incertidumbre”.

 

Sobre este último aspecto explicó que no saben cómo va a estar reaccionando el año que viene el mercado interno, “en cuanto a si ya se satisfizo el volumen de demandas” y la otra incertidumbre planteada es “qué va a suceder con la política cambiaria del gobierno”.

 

Añadió que “si la política cambiaria sigue una tendencia devaluativa para ir ajustando el valor real del dólar ante el peso, es probable que el volumen de exportación se sostenga”.

 

En cambio, “si la tendencia es dejar el dólar fijo pero los gastos públicos y la inflación en la macroeconomía se sostienen, los volúmenes de exportación van a disminuir”