Misiones, Wednesday 9 de October de 2019

La Real Academia Suecia de Ciencias otorgó este miércoles el premio Nobel de Química 2019 a John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino, investigadores que trabajaron en el desarrollo de las baterías de litio.

Los tres, que son favoritos al galardón desde hace años, investigaron por separado en innovaciones de este producto. Las baterías han “revolucionado nuestras vidas”, destacó la organización, al ser usada en teléfonos, computadoras y hasta automóviles eléctricos, con ventajas de ser ligera, poderosa y recargable. “Los ganadores han sentado las bases para una sociedad conectada y libre de combustibles fósiles”, resaltó la Academia. El desarrollo de estos dispositivos tiene su origen en la crisis del petróleo de la década de 1970, cuando se buscaban formas de energía alternativas.

En los años ’70, Whittingham sentó las bases al presentar la primera batería funcional de litio, material rico en energía cuyo potencial fue descubierto mientras investigaba los superconductores. Sin embargo, el producto todavía era muy explosivo para ser viable.

 

Posteriormente, Goodenough (de 97 años, el ganador más anciano de la historia del Nobel) duplicó su potencial (de dos a cuatro voltios), ya que descubrió que el potencial sería mayor si se usa un óxido de metal (cobalto) en lugar de un sulfuro. Esto creó las condiciones para una batería más poderosa y con mayor utilidad.

 

Por su parte, Yoshino logró en 1985 basar el funcionamiento en los iones de litio, haciendo el proceso más seguro: el resultado fue una batería ligera que podía ser recargada cientos de veces antes de perder su rendimiento, ya que no está basada en reacciones químicas, sino en el ida y vuelta de los iones entre los ánodos y cátodos

 

En los años ’70, Whittingham sentó las bases al presentar la primera batería funcional de litio, material rico en energía cuyo potencial fue descubierto mientras investigaba los superconductores. Sin embargo, el producto todavía era muy explosivo para ser viable.

 

Posteriormente, Goodenough (de 97 años, el ganador más anciano de la historia del Nobel) duplicó su potencial (de dos a cuatro voltios), ya que descubrió que el potencial sería mayor si se usa un óxido de metal (cobalto) en lugar de un sulfuro. Esto creó las condiciones para una batería más poderosa y con mayor utilidad.

Por su parte, Yoshino logró en 1985 basar el funcionamiento en los iones de litio, haciendo el proceso más seguro: el resultado fue una batería ligera que podía ser recargada cientos de veces antes de perder su rendimiento, ya que no está basada en reacciones químicas, sino en el ida y vuelta de los iones entre los ánodos y cátodos