Nacional, Tuesday 14 de May de 2019

Según la Ley de Movilidad en junio corresponderá un ajuste de 10,74% y en septiembre de 10,91%,.

Las jubilaciones y pensiones y otros pagos a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), como las asignaciones familiares, recibirán el mes próximo un ajuste de 10,74%. Y ya se puede estimar que en septiembre será de 10,91%, de acuerdo a la fórmula de ajuste trimestral que estableció la Ley 27.426 del 18 de diciembre 2017.

Esos aumentos, excepcionalmente no abarcarán a la Asignación Universal por Hijo que contempla la ley de Movilidad Jubilatoria, porque sus perceptores recibieron un incremento anticipado de emergencia en enero 2019 para todo el resto del año del 46%,  excepto sea superado por la inflación entre extremos que se prevé en el sector privado que informa al Banco Central en 40 por ciento.

De esta forma, el haber mínimo de las jubilaciones subiría en junio a $11.528 y el máximo de $84.459; y en septiembre se elevaría a valores extremos de $12.786 y $93.674, respectivamente.

Esos valores surgen de la aplicación de la fórmula de movilidad, que se compone en 70% por la variación del Índice de Precios al Consumidor y 30% de la Remuneración Imponible para el Trabajador Estable (RIPTE), en ambos casos, para el trimestre previo a los 6 meses en que corresponde el ajuste.

Para junio próximo se toman los datos correspondientes a octubre a diciembre de 2018; y para septiembre los de enero a marzo últimos. De éstos ya se conocen los del Índice de Precios al Consumidor del Indec, mientras que del Ripte resta el nivel medio de marzo, que se estima se ubicó en torno a 37.470 pesos.

Parcial recuperación en términos reales

Según esos valores, los ingresos jubilatorios y del salario familiar tendrán un aumento nominal acumulado en los primeros 9 meses de 2019 de 37,3%, frente a una tasa de inflación que el sector privado estimó para ese período en poco menos de 32%. De ahí surge una modesta mejora en términos reales de 4,2 por ciento.

Mientras que para el caso de la AUH, el anticipo de 46% significará para entonces un incremento neto de la inflación esperada de poco más de 10,4 por ciento.

Esos ajustes también serán los vigentes para la asignación por hijo que perciben los asalariados en blanco y los monotributistas en el caso del rango de ingresos más bajos.

La recomposición llegará también a las pensiones no contributivas y a la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% del haber mínimo, con lo cual tendrá un importe de $9.222 en junio y se elevaría a $10.229 para el trimestre septiembre a noviembre próximos. Además, el ingreso jubilatorio no alcanzará al Impuesto a las Ganancias hasta el umbral de $69.200 en junio y $76.750, aproximadamente, desde septiembre.

Si bien la esperada desaceleración de la inflación a partir del corriente mes de mayo es clave para posibilitar una gradual recuperación de los ingresos de los perceptores de jubilaciones, pensiones, y asignaciones familiares, de cumplirse las proyecciones privadas hasta diciembre que recibe el Banco Central, el Gobierno concluirá su mandato con una caída real de esos valores del 12,3% para el caso del sector pasivo; y de 6,9% para los perceptores de asignaciones familiares y AUH.

La buena noticia, en caso de confirmase esas proyecciones, será que la pérdida pico en términos reales que se observa desde febrero hasta mayo, será recortada casi a la mitad, en comparación con el nivel adquisitivo que tenían a fines de 2015.