Nacional, Monday 8 de August de 2011

A partir del éxito de El hombre de tu vida, las consultas aumentaron. Cobran hasta $ 8 mil. Los candidatos jóvenes y las “inubicables”.

Los censos de población indican que, en la Argentina, cada vez son más las personas sin pareja. En una lucha contra el destino de la soltería, los deseosos en encontrar el “amor de su vida” buscan distintas estrategias para enamorarse. A raíz del éxito de la novela de Telefe El hombre de tu vida, protagonizada por Guillermo Francella y Mercedes Morán, PERFIL consultó a los responsables de las distintas agencias buscadoras de vínculos para relaciones formales, que cuentan cómo trabajan para formar parejas compatibles.

En general, el proceso se divide en cuatro pasos: solicitar una entrevista, completar un perfil personal donde se determina qué tipo de candidato se requiere, abonar por única vez una tarifa que oscila entre $ 2.400 y $ 8 mil, y acudir a los encuentros pactados con la agencia. Parece simple, pero no lo es.

El boom de las agencias matrimoniales surgió en Europa y llegó lentamente a la Argentina en los 90. Margarita Bauman es la encargada de la agencia For-Ever, y desde 1993 trabaja con personas de 30 a 50 años, en su mayoría universitarios a los que, según ella, no les faltan condiciones. “La mayoría recurre a la agencia por la comodidad del servicio y la seguridad de encontrar lo que realmente se desea. No son tímidos, son personas a las que no les gusta conocer gente de noche o encontrarse con desconocidos”, explica y agrega: “Es un servicio legal, moral y ético y mi trabajo es acompañar al candidato a cumplir su objetivo.”

Ayuda. Cada vez son más jóvenes los que contratan la ayuda amorosa. “Llega gente de 18 y 20 años que no encuentra a otro joven que estudie, trabaje y no tenga hijos. Antes los clientes en su mayoría eran los divorciados que buscaban una segunda oportunidad, pero ahora se amplió el panorama”, dice Juan Carlos Picedo, de la agencia Unire. “Las mujeres de 50 años son las llamadas ‘inubicables’, porque los hombres de 60 buscan mujeres de hasta 50 y no existe un cliente que las solicite”, asegura Bauman.

Ante el furor de la novela que dirige Campanella, los encargados de las agencias consultados coincidieron en que la ficción genera más desconfianza por parte de los solteros a la hora de acudir por ellos; pero, en paralelo, los favoreció porque aumentó su clientela.

Búsqueda. Gabriela Sevac es una joven porteña, está sin pareja, tiene 35 años. “No soy de salir, no me gusta chatear, y conocer a un desconocido en la calle me da inseguridad. Prefiero conocer gente que cumple con mis preferencias y una amiga en chiste me dijo que me buscara una casamentera y lo hice”, contó.

Los “coach del amor” coinciden en que faltan lugares de encuentro para que la sociedad pueda enamorarse. La noche no es vista por muchos como lugar de amor verdadero. Otra agencia de renombre es la de Mónica Piccoli, que realiza un proceso más amplio. Además de solicitar un perfil personal, hace una evaluación psicológica y otra grafológica para comprobar la estabilidad anímica de cada cliente. “Viene gente que se acaba de separar y quiere buscar a otra pareja, pero no está preparada. Debemos asesorarlos para que no sufran. Es necesario estar preparado para amar. Con el análisis que realizamos vemos de forma profunda a la persona, y se puede encontrar a otro compatible con mayor precisión”, detalla, aunque reconoce que la química luego tiene que aparecer por conexión entre ambos.

Desde 1996 Piccoli dedica su tiempo a buscar amores de otros y, según su experiencia, los más exigentes son los candidatos de entre 30 y 40 años que buscan concretar un proyecto de vida familiar. “Hoy hay más de 350 personas activas en búsqueda de su par. Las exigencias son altas: buscan alguien en serio, del mismo nivel sociocultural y económico para disfrutar la vida juntos”, sostiene.

Para encontrar la media naranja ideal publican avisos en los clasificados, pagan publicidad en revistas y se las rebuscan para lograr difundir su trabajo. Enrique Montanelli se encarga de EM Vinculos, y fue un precursor en 1989 al abrir la primera agencia matrimonial. “Trabajo con gente profesional muy importante que quiere seriedad. En cada entrevista que brindo para asesorarlos, armo un contrato por escrito que vela por su privacidad y se firma una declaración jurada para resguardar sus datos”, explicó. La moraleja es que cualquier camino es bueno para conocer a la persona con la que uno va a pasar el resto de sus días.