Misiones, Saturday 17 de October de 2015

Son de la variedad Leonora y ya se están cosechando en Santa Inés. La producción se vende sobre todo a feriantes. Madurado en planta, tiene características excepcionales, explicó Jaime Greska

“Al ser madurado en la planta y no en cámara, es un tomate de mejor vista y sabor; es fresco y aguanta más de quince días fuera de la heladera”, aseguró el productor Jaime Greska, que lleva adelante la producción en su chacra de dos hectáreas emplazada en Santa inés.
En su establecimiento sobresalen sus plantas bajo invernadero de tomate platense, que ya comenzaron a dar las primeras frutas de este año. Además, tiene chaucha, pepinos, lechuga, achicoria y otras verduras que vende a feriantes. Greska estima que cada una de sus 900 plantas dará en promedio cuatro kilos de tomates y podrá seguir cosechando hasta diciembre próximo.
Oriundo de la zona de 25 de Mayo, se dedica a la actividad rural hace más de 20 años. “Antes trabajaba para otros, era empleado pero con el tiempo pude comprarme mi propia chacrita y me dedico a producir. Siempre me gustó hacer tomate, morrón y frutilla ya que son cultivos que dejan más renta a mi parecer”, dijo Greska.
Aseguró que lleva adelante el trabajo en su chacra sin ayuda y por eso apunta más que nada a la producción del tomate platense. “Son de la variedad Leonora y salieron muy bien, son buenos los resultados. Hace diez años que vengo haciendo tomate y para 2016 apunto a ampliar la superficie de tomates que tengo”, dijo Greska.
“El producto misionero, el tomate se vende si o si. Tiene buena vista, es una fruta fresca, no paso por cámara y madurado en la planta. Dura más tiempo incluso”, agregó.

Sobre el ciclo productivo
El productor recomendó iniciar la siembra del tomate durante invierno. “Entre la siembra y el trasplante son 30 días y después del trasplante, a los tres meses si o si se empieza a cosechar”, dijo. Y aconsejó: “Se siembra en la temporada de invierno, que es lo ideal ya que hay menos plagas y enfermedades, por eso es seguro plantar en esa época”.

Plagas y enfermedades
En cuanto a cuidados sanitarios, “la polilla y el gusano son las plagas que más afectan al tomate pero son fáciles de combatir. Lo que no se puede combatir es la enfermedad llamada Tristeza, que no tiene remedio por eso se hace en temporadas fresca para que esa enfermedad no prospere”, sostuvo el productor.
Y explicó que “la polilla y el gusano se combate con insecticida, eso se aplica al principio en la planta, y así para cuando arranca la cosecha ya la planta está libre de plagas”.
La polilla del tomate, polilla perforadora, cogollero del tomate, gusano minador del tomate o minador de hojas y tallos de la patata (Tuta absoluta) es un pequeño insecto lepidóptero de la familia Gelechiidae. Esta plaga de origen latinoamericano está presente en Argentina.
Nada más nacer las larvas penetran en los frutos de tomate, en las hojas o en los tallos de los que se alimentan, creando perforaciones y galerías. Los frutos pueden ser atacados desde su formación, pudiendo dar lugar a que se pudran posteriormente por la acción de patógenos secundarios, lo que permite una rápida observación de los síntomas. La larva sale de un fruto para entrar en otro.
La Tristeza o virus del bronceado del tomate (TSWV) puede causar la destrucción de las plantas con pérdidas sustanciales de rendimiento tanto en invernadero como al aire libre. Se la llama Tristeza porque la planta se muestra marchita con las hojas caídas. Normalmente son infectadas las plantas procedentes de invernadero durante su trasplante. TSWV se transmite principalmente por la picada del thrips (Frankliniella occidentalis) transmiten el virus picando a plantas infectadas.
Invernadero, riego y mulching son los aliados de Greska para lograr una buena producción de tomates, según aseguró a El productivo.
Así, las plantaciones de Greska se hacen sobre mulching (un tipo de plástico, también llamado acolchado). Es utilizado por lo general para lograr una humedad uniforme en la superficie del suelo y también ayuda a controlar las malezas. Además, el plástico es blanco arriba y negro abajo, así facilita la obtención de las temperaturas deseadas.. “Crece bien el tomate en la zona, el secreto está en hacer una buena base orgánica, buen riego. En mi caso uso el mulching, que mantiene la humedad y te ahorrás, ya que controla también el crecimiento de malezas”, aconsejó.
Mientras que “con el invernadero, la planta crece seguro y se trabaja tranquilo. Todos los días recorro lineo por lineo y controlo la plantación. El único trabajo es armar el invernadero, después ya es menos”.
Además, el productor cuenta con una vertiente dentro de su propiedad por lo que instaló un sistema de riego en sus plantaciones. Greska comercializa su producción a feriantes locales y a aquellos que se acercan a su chacra. “Acá viene la gente y si ella misma quiere cosechar, elige los tomates que va a llevar. Vendo a 20 pesos por kilo. Yo vivo bien de esto, se sale adelante”, concluyó.