Misiones, Monday 12 de January de 2015
Para determinar la inflación utilizamos el IPC  o IPC congreso que es más confiable en este caso 40,53% y es el indicador que registra la evolución de los precios de la economía, pero para determinar la efectividad de una política monetaria, se utiliza un mecanismo en el cual se excluyen los precios de bienes y servicios que son volátiles y no siguen la tendencia del resto de bienes y servicios.
 
De esta manera podemos aislar a la economía del comportamiento de precios administrados (energía y combustibles), concertados (transporte y telefonía)  y agropecuarios que generalmente están sujetos a cambios más bruscos que el resto de los bienes y servicios.  La inflación subyacente tiene menos altibajos que la inflación general y su comportamiento es más suave y estable. Si bien para un consumidor esto no tiene mucho sentido si suponemos que sufre toda la inflación y no solo un subconjunto de ella, en gestión de política económica sí lo tiene.
 
Actualmente y por las condiciones económicas que propone el gobierno la inflación subyacente cobra mucha relevancia dada la alta oscilación de precios y la incontrolable inflación general, es por ello que es de suma importancia para el BCRA mirar este tipo de inflación para tomar decisiones monetarias correctas y asertivas.  En el rubro inmobiliario ocurre algo similar, tenemos valores atípicos que distorsionan nuestra serie. Aquellos valores extremos son los  que están sobre una avenida muy transitada y de alta concentración comercial, en los cascos urbanos muy consolidados (donde se ubican los grandes edificios y centros comerciales), en la costanera y aquellas propiedades lindantes al río.
 
Estas propiedades tienen valores muy disimiles a la mayoría y no llegan a representar el 10% del total de propiedades en una ciudad como Posadas. De esta manera, resulta adecuado separarlas para poder evaluar mejor la tendencia general de los ciclos inmobiliarios. Por ejemplo si dejamos de lado aquellos valores extremos la inflación llega al 45% en un año, es decir, que como base o como piso los terrenos aumentan de precio en un 45% (sin tener en cuenta los valores más altos y las bruscas oscilaciones de precios).
 
Podemos evidenciar entonces que los precios de los terrenos en la ciudad de Posadas aumentan en sintonía con la inflación pero en una escala superior. Asimismo si tomamos en cuenta todas las propiedades que existen en Posadas y no la medimos por separado la tendencia general sería aún mayor y llegaría al 55%. Es necesario que las autoridades vislumbren esta situación y diseñen políticas adecuadas de acceso al crédito de más largo plazo y más flexibles para aquellas familias que deseen acceder a un terreno propio por primera vez, porque la evolución del salario no acompaña la evolución de los precios, alejando aún más el sueño del hogar propio.
 
Por Federico Villagra. Licenciado en Economía (UNaM)