Misiones, Tuesday 25 de November de 2014

ELDORADO.-Andy y Noelia tienen 19 años y les preocupa el consumo de drogas y la falta de oportunidades para los chicos de 20 de Junio

 Dos jóvenes del barrio 20 de junio y que tienen la misma necesidad y una dura realidad piden ayuda.
Noelia y Andy también tienen la misma edad (19) y están preocupados por la situación de sus amigos y el resto de los jóvenes de su barrio. Es que en los últimos años el consumo de drogas comenzó a invadir rápidamente a un gran sector de la sociedad. “Nos molesta mucho que la gente nos discrimine y diga que en este barrio somos todos delincuentes”, arranca diciendo Andy, quien manifiesta ser adicto desde los 14 años.
Tomaron la decisión de comentar cómo viven, de ser una especie de vocero de los jóvenes que sufren este flagelo. En el barrio viven más de mil familias y la intrusión copó gran parte de los terrenos, de gente que proviene de otras regiones y hasta de Paraguay. 
“Somos muy utilizados, los políticos, los funcionarios en épocas de elecciones se acercan y nos traen ropas, bolsitas de mercaderías, garrafas y luego se olvidan, somos como un depósito de votos que luego nos desechan”, se queja Noelia, que sueña seguir estudiando la carrera de abogacía.
Pero su amigo no logró terminar la secundaria, porque tuvo muchos inconvenientes con las drogas. “Me encantaría seguir música, quiero que los políticos, o quien sea, se encarguen de nosotros, hay buena gente en el grupo. Pero nunca nadie vino a escucharnos, nos miran con desprecio”, dice molesto.
Aunque en los últimos cinco meses, Néstor Carballo, quien encabeza un grupo solidario, logró reunir contactos y trabajar con el grupo. “Gracias a él tenemos la posibilidad de estar conformando la comparsa, con la que vamos a estar participando en febrero, Néstor es el único que llegó para saber de qué manera vivimos”.
Ya comenzaron a trabajar con una feria de ropas, donde los principales destinatarios son los niños humildes. El objetivo de estos jóvenes es comenzar a formar un organización que les permita mantenerse ocupados y trabajando.
“La idea es alejarlos o intentar que otros no se acerquen a cualquier tipo de drogas”, dijo Carballo.

El mundo adictivo
De los cientos de jóvenes del barrio, gran parte es o tuvo la posibilidad de consumir drogas, como ser paco, marihuana o crack. Aquellos proveedores provienen de afuera.
Llegan con autos de alta gama y para el consumo algunos realizan changas y otros directamente deben salir a delinquir. Como todo barrio, existen personas buenas y malas, por eso pretenden lograr que lo más chicos tengan un espacio donde puedan desarrollar sus actividades, practicar deportes, música o simplemente reunirse con buenos hábitos, señalan los voceros del barrio.
“No tenemos nada, entonces los chicos no saben en qué ocuparse, y por mala compañías o por estar sin hacer nada, comienzan a probar drogas”, explica Néstor Carballo.