Internacional, Saturday 2 de October de 2021

La imagen de la bebé siendo alzada por sobre un muro y alambres de púas conmovió al mundo. Liya tiene ocho semanas y una nueva vida. Su padre, Hameed contó detalles de aquel día.

La foto dio vuelta al mundo y se transformó en un ícono de la dramática salida de kabul de miles de personas. En las imágenes se ve a la bebé, recién nacida, en llanto, y cómo un marine la levanta de un brazo a través del muro con alambre de púas del aeropuerto de Kabul. A su alrededor, el horror. La desesperación de una multitud por huir de la brutalidad talibán.

Ahora, 40 días después de ese episodio que estremeció al globo, se conoce por completo la historia. El papá de la bebé es Hameed -su nombre completo no ha sido revelado- y ese 19 de agosto estaba dentro del aeropuerto internacional Hamid Karzai cuando vio a su esposa y a su pequeña recién nacida en el tumulto del perímetro. Desesperado, le rogó al marine que rescatara como fuera a su pequeña hija.

Para esa fecha, Hameed llevaba un mes viviendo en el aeropuerto. Trabajaba como intérprete de los marines estadounidenses en las tareas de evacuación y se había perdido el nacimiento de su hija, 16 días antes.

 “Lo único que pensé es en que era un marine y que mi hija estaría bien”, contó a CBS Hameed, que había trabajado con las tropas estadounidenses durante cinco año.

La entrevista se desarrolla en Phoenix, donde viven ahora. La bebé tiene 8 semanas, se llama Liya y en los próximos días sumará un segundo nombre: Marine, en honor a quienes la rescataron.

El intérprete reveló que mientras vivía en el aeropuerto no pudo salir a conocer a su hija recién nacida y sólo pudo hablar con su esposa, Sadia, por teléfono. El 19 de agosto le dio instrucciones a Sadia para que huyera al aeropuerto.“Recibimos información de que la gente estaba siendo asesinada o desaparecida. Por mi afiliación [al ejército], sabía que mi casa sería la siguiente. No era cuestión de ‘si’, sino de ‘cuándo’”, contó Hameed.

Sadia y Liya se apresuraron a llegar al aeropuerto de Kabul con todas sus pertenencias, pero en el puesto de control cercano al aeropuerto, los talibanes les robaron sus documentos y todo el dinero en efectivo que tenían, dejándolas junto a otros cientos de personas que intentaban pasar por la puerta del aeropuerto.

Los talibanes fueron brutales en su despliegue en torno al aeropuerto, golpearon salvajemente a los que querían ser evacuados, y utilizaron cañones de agua y granadas de estruendo para controlar a la multitud.

En medio del caos, Hameed vio a su familia desde el otro lado de la valla y observó durante horas cómo intentaban pasar la puerta. Sabía que no lo conseguirían. “La bebé morirían aplastada, lo sabía”, contó. Desesperado, suplicó a un marine que estaba en un vehículo a lo largo de la valla con alambre de espino que lo ayudara a salvar a su bebé.

 “Me dijo que lo único que podía hacer era levantarla por encima de la alambrada, pero que podría lastimarse. Le dije que me arriesgaría. Prefiero que se haga daño a que muera”, dijo.

El marine estuvo de acuerdo y, con Hameed agarrado a las piernas del soldado para estabilizarlo, pudieron levantar a Liya por encima de la barrera, lo que permitió a Hameed sostenerla por primera vez.

Sostuvo a su hija durante dos minutos y luego se la entregó a un soldado para que la pusiera a salvo, le faltaba ayudar a su esposa. Ella se había desplomado de agotamiento antes de llegar a la puerta del aeropuerto. Con horas de retraso, Sadia pudo pasar por la puerta y la familia se reunió mientras se preparaba para su vuelo de evacuación.

“Creo que fue muy cautivador ver lo que realmente estaba sucediendo. Una cosa es que los políticos salgan en la televisión y digan lo bien que están las cosas. Otra cosa es lo que ocurre sobre el terreno, y cuando puedes verlo con tus propios ojos”, dijo sobre el impacto que causó el rescate de su hija.

Qué haría si se encuentra con ese Marine, le preguntaron.

“Dios mío. Le daría un abrazo. Literalmente salvó la vida de mi hija”, respondió aún conmovido.