Misiones, Friday 6 de December de 2019

Una chica trans del asentamiento Las Tacuaritas del barrio Fátima lucha semana a semana para cumplir sueños, muchos de esos deseos son anhelos con los que ella nunca contó.

Abigail Fleitas vive, al igual que la mayoría de sus vecinos, en una pequeña casilla de madera en esa zona próxima al Acceso Sur de Posadas, casas donde las vicisitudes del clima, el frío y el calor se sienten con más fuerza.
 
Allí la pobreza es moneda corriente, pero Abigail decidió no quedarse con los brazos cruzados y en una de esas casas con piso de tierra montó un merendero para intentar suplir las necesidades que invaden a todas las familias del lugar. El espacio, que se llama Bichito de Luz, funciona cuando un corazón sensible dona leche, azúcar, chocolate o harina. Cocinan a leña y los pequeños meriendan en ese pequeño patio de su casa.
 
“Armé el merendero a pulmón, con la ayuda de la gente”, contó Abigail, que trabaja en el Hospital de Fátima como promotora de salud. Y recordó cuando niña le tocaba ir a comedores comunitarios, por eso sintió la necesidad de ayudar a otros en su misma condición. “Acá hay mucha pobreza, nadie viene a ver cómo vivimos”, dice casi resignada al olvido de quienes toman decisiones.
 
Meses atrás la historia de ella y su merendero se hicieron conocidas cuando se generó una movida solidaria para cumplir el sueño de una chica que estaba por cumplir 15 años y deseaba tener una fiesta.
 
Entre charla y charla con Abigail, la adolescente, que acude al merendero, le contó que su mayor deseo era festejar con un vestido, pero lo veía imposible porque sus padres están sin trabajo y ante la necesidad económica, las prioridades son otras.
 
La voz corrió y una publicación en redes sociales ayudó a difundir el mensaje. De esa forma consiguieron un vestido celeste, algunos elementos para la decoración, el compromiso de una maquilladora y el polideportivo del barrio Fátima y el soñado cumpleaños se hizo realidad.
 
En los barrios con extrema pobreza, festejar un cumpleaños es una actividad dejada de lado o hasta postergada. Según un informe publicado en 2018 por el Barómetro de la Deuda Social Infantil de la Universidad Católica Argentina (UCA), los niños en situación de pobreza tienen menos probabilidades de festejar su cumpleaños que los que no viven esa realidad. Esta imposibilidad es tomada por la UCA como un indicador de pobreza y vulnerabilidad.
 

Abigail misma lo reflejó al decir que en este 2019 festejó por primera vez su natalicio, por eso “festejamos los cumpleaños, porque muchos nunca lo tuvieron”.