Nacional, Thursday 29 de November de 2018

Luego de igualar 2-2 en el tiempo regular, el "Lobo" aprovechó las ejecuciones fallidas de Lucas Pratto y Jonatan Maidana para quedarse con la serie. Armani, generalmente héroe para el "Millonario", fue protagonista por sus errores.


Mientras River espera que el Tribunal Disciplinario de la Conmebol se expida para saber si jugará o no -y dónde y cuándo- con Boca la final de la Libertadores, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo sufrió un duro golpe por Copa Argentina. Gimnasia lo sorprendió en las semifinales: luego de igualar 2-2 en tiempo regular, lo venció 5-4 en la definición por penales y jugará ante Rosario Central por el título.

Franco Armani fue responsable del resultado en los 90′: el Millonario estuvo dos veces en ventaja, primero gracias al tiro libre de Gonzalo Martínez y luego con la definición de Pratto. Pero el arquero cometió errores en las dos conquistas del Lobo (dio rebote en el tanto de Faravelli y tuvo una floja reacción en el cabezazo de Silva). Y, desde los 12 pasos, fallaron Pratto y Maidana para darle forma a la sorpresa del torneo. Vale recordarlo, el conjunto de Troglio ya había eliminado a Boca…

Demostrando que en su mente se mantiene el Superclásico trunco, el Muñeco probó la alineación que hubiera actuado en su estadio en la segunda Superfinal: ante la ausencia de Borré por suspensión y las lesiones de Scocco y Mora, pone 5 volantes y a Pratto como único punta de lanza. Sin embargo, la idea sólo funcionó de a ratos.

River presionó en los primeros minutos, dominando posicionalmente el partido. Pero el Lobo se mostró bien plantado, dejándole el balón hasta mitad de campo o tres cuartos del mismo, no regaló espacios. Así, al Millonario le costó traducir avances en ataques. Un cabezazo que contuvo Alexis Martin Arias y un mano a mano en el que el portero atoró a Enzo Pérez fueron las acciones más peligrosas de la primera media hora.

En el esquema testeado por el Muñeco, resulta clave el cambio de ritmo de Pity Martínez. Y al ex Huracán le costó hallarse, volcado sobre la izquierda o bajando a enganchar. Pero a los 29′, con un tiro libre potente que contó con la complicidad de la falla de cálculo del arquero.

A los 33′, Franco Armani devolvió gentilezas: dio un rebote peligroso y Lorenzo Faravelli selló el 1-1. A esa altura, Martínez ya había levantado el nivel. Y a los 39 forzó una falta de Bonifacio que provocó la roja del lateral.

El ritmo del partido fue in crescendo. Al minuto de la segunda parte, Lucas Pratto arrió a toda la defensa de Gimnasia y puso el 2-1. Pero Pinola golpeó con el antebrazo a Coronel dentro del área (Tello debió sancionar penal porque la pelota ya estaba en juego tras el córner) y el duelo quedó 10 contra 10. A los 12′ Palacios se devoró un gol increíble y a los 14 Armani volvió a fallar tras un cabezazo fuerte, pero al medio de Silva y el cruce quedó 2-2.

Empujó el Millonario sobre el final, pero sin sintonía finna. Tal vez incidieron los 17 días desde el último compromiso oficial del Millonario: fue justamente por la ida de la final de la Libertadores en la Bombonera. Las postergaciones de sus encuentros de Superliga ante Unión de Santa Fe y Godoy Cruz, más el último ante el Xeneize en el Monumental, provocaron este inesperado parate para el conjunto de Núñez.

Y los penales dejaron a River sin su tercera final de Copa Argentina consecutiva y la obligación de ganar la Libertadores para poder jugar la edición que viene. Premio para Gimnasia, que con menos jerarquía, opuso corazón y jamás se rindió. Y el jueves 6 de diciembre, en Mendoza, buscará su sengundo título profesional ante Rosario Central.

Fuente: Infobae