Según la acusación, la sustancia importada era desviada hacia bandas de narcotráfico para fabricar drogas sintéticas.
El empresario detenido Ibar Perez Corradi fue condenado a la pena de 7 años de prisión por el tráfico ilegal de efedrina, que era desviada hacia bandas de narcotráfico para la producción de drogas de diseño.
El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral Federal 8, integrado por Nicolas Toselli, Sabrina Namery Gabriela López, quienes dieron lectura de la sentencia tras dos meses de proceso oral.
El empresario, que está detenido tras haber sido capturado en Paraguay, estaba acusado por la importación de 9.800 kilos a través de la firma de Farmacéuticos Argentinos S.A., y luego otros 1.900 kilos a través de Guillermo Ascona.
La sustancia importada era desviada hacia bandas de narcotráfico para fabricar drogas sintéticas: fue así que la efedrina que ingreso al país entre 2004 y 2008 supero por lejos las cantidades necesarias para la industria farmacéutica.
Para comercializar la efedrina se utilizó la droguería Masterfarm, la cual si bien se encontraba a nombre de Jorge Alberto Ochoa, este solo era un presta nombre que no tenía capacidad económica alguna y en cambio se comprobó que el verdadero dueño era Perez Corradi.
Esta es una de las tantas causas que tiene Perez Corradi vinculada al tráfico ilegal de efedrina, ya que aún la investigación madre en la que están también implicados varios ex funcionarios no tiene fecha de debate.
En aquella otra causa también serán juzgados el ex titular del SEDRONAR Ramón Granero, su entonces segundo Gabriel Abboud, el ex director del registro nacional de precursores químicos julio Alberto de Oure, y los hermanos Máximo y Miguel Ángel Zacarias.
Triple Crimen
Perez Corradi fue acusado de estar involucrado en el triple crimen de General Rodríguez, cometido en agosto de 2008, en el que fueron asesinados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Las víctimas fueron encontradas en General Rodríguez (Buenos Aires) el 13 de agosto de 2008. Tenían disparos y quemaduras, y había evidencias de torturas.
Perez Corradi se convirtió en uno de los principales sospechosos, ya que según testimonios, el ahora condenado pretendía vengarse de Forza por un negocio inconcluso.
Pero la jueza María Servini dictó la falta de mérito de Pérez Corradi por ese triple crimen, al entender que no había pruebas suficientes.
Por los tres crímenes, Cristian Lanatta, Victor Schilacci y Marcelo Schilacci fueron detenidos y condenados a perpetua.