Cuando todavía resuenan algunos ecos del asesinato de un changarín en el barrio Unidos -el sábado a la tarde, en manos de un compañero de tragos-, el martes a la noche la fronteriza localidad de San Antonio se convirtió nuevamente en escenario de un brutal crimen que dejó al descubierto el drama de la violencia de género. 
La víctima fatal, Alfonso Adaria (54), encontró la muerte en manos de su propio hijo, José Daniel (22), quien reaccionó a los golpes que le estaba propinando a su madre, Claudia Verdún (44), y con un hacha le produjo heridas que terminaron siendo letales. 
Después de defender a su progenitora y mientras el agresor se desangraba, el sindicado asesino se escapó por el fondo de la propiedad y se presume que cruzó ese mismo día hacia Santo Antonio do Sudoeste (Brasil) por alguno de los precarios puentes que atraviesan el angosto río homónimo.
Hasta el cierre de esta edición, el joven era buscado intensamente en ambos países, mientras que su progenitora estaba siendo asistida por un gabinete multidisciplinario que lo ayudará a enfrentar, por un lado, la muerte de su esposo y, por otro, el rol protagónico de su hijo. 

Alcohol y golpes
La compleja trama de violencia doméstica que sufría la mujer en manos del hombre fue el detonante de la tragedia, de acuerdo a lo que pudieron confirmar los investigadores policiales de la Unidad Regional XII de la Policía de Misiones, que intervinieron el barrio.
Reconstruyeron que minutos antes del crimen, Adaria había llegado alcoholizado a la casa en la que ambos vivían desde hace varios años y haciendo una serie de reclamos comenzó a agredir de forma verbal a Claudia. En cuestión de segundos, los gritos pasaron a ser golpes, por lo que intervino el hijo de la pareja con la intención de calmar, principalmente, al agresor.
No fue suficiente. Fuentes ligadas a la investigación dan cuenta que el hombre siguió agrediendo a la mujer, por lo que, con un hacha, José Daniel le asestó un golpe en la cabeza y con se presume que con un cuchillo lo apuñaló en la zona del cuello. Bajo un marcado estado de alteración, dejó ambos elementos en el lugar y se escapó mientras su padre pedía auxilio.   
El médico que inspeccionó el cuerpo de Adaria detectó a simple vista una herida profunda en la región interparietal del cráneo y dos cortes en el área lateral izquierda del cuello. Determinó que su muerte se produjo por un traumatismo encefalocraneano severo por traumatismo craneal producido con un arma blanca, aunque desde el titular del Juzgado de Instrucción Uno de Eldorado, Roberto Saldaña, ordenó la realización de una autopsia para determinar científicamente la causa del deceso.

Nunca denunció
En base a los testimonios de parientes y algunos vecinos cercanos, los detectives concluyeron que Claudia nunca denunció a su concubino pero desde hace varios años sufría violencia doméstica, que se potenciaba cada vez que Adaria consumía bebidas alcohólicas. 
En esas condiciones llegó el martes, generando un absoluto descontrol delante del único sospechoso que tiene la causa. La mujer, que terminó siendo víctima y testigo de la violenta secuencia, admitió que nunca se animó a pedir ayuda aunque sus familiares, al igual que algunos vecinos, sospechaban pero nunca quisieron involucrarse. 
En la casa donde ocurrió el crimen los peritos incautaron un hacha con mango de madera que habría sido utilizada, como así también un cuchillo de cocina con mango de plástico. Juntaron del piso una  gorra con presuntas manchas de sangre que será sometida a pericias.

En Brasil
En cuanto al acusado, en este país la búsqueda se centra en los barrios cercanos a Nueva Esperanza y, en territorio brasileño, en zonas no tan alejadas de la frontera. La Policía Militar del estado de Paraná (Brasil) fue convocada en función de las relaciones afectivas que posee el joven en ese país, por lo que se cree pudo haber ido en busca de ayuda.
Por el lado de Claudia, una vez que esté en condiciones deberá brindar declaración testimonial ante el magistrado, en función de que su relato será clave para clarificar las distintas instancias que derivaron en el asesinato.