Se sabe que en estos tiempos de “poliamor” u otros conceptos vinculados para sentir amor, no hay nada escrito. Sin embargo, una mujer es protagonista de una curiosa historia.

Su nombre es Carol, tiene 46 años, y afirma estar enamorada de una estación de tren. Pero este “enamoramiento” es mucho más profundo que el afecto que se puede sentir por un lugar o algún ser.

La mujer de California dice que mantiene una relación sentimental con la construcción, que es la estación de tren de San Diego, a la cual le proclamó su amor más profundo. Ella dice que todo comenzó cuando era niña y tenía nueve años, y asegura que la relación se ha ido afianzando a lo largo del tiempo.

En 2015, después de varios años, finalmente Carol afirma haberse casado con ella a pesar de que esto no es legal. Se dio cuenta que estaba enamorada cuando vio que le “era difícil estar lejos de ella” y que “odiaba tenerse que ir a casa”.

Cada día, ella recorre 45 minutos en autobús para pasar tiempo juntas, y se pasa las horas besando y acariciando las paredes.  Además, también afirma que allí tiene “sexo mental” porque le da temor pasar a algo mayor: “No tengo sexo físico con la estación en público porque quiero ser respetuosa. Tengo sexo en mi mente con Draida, que así llama ella al lugar, cuando estoy allí”.

Anteriormente, Carol había tenido una relación con un hombre llamado Tom durante 18 meses “pero no funcionó”. Y en cuanto a la construcción, afirmó:  “Ella es la princesa de mi corazón, mi reina. Estuve a punto de sentir un orgasmo al sentir la pared detrás mío”.

Muchos aseguran que lo que siente esta mujer es una parafilia conocida como objetofilia que consiste en sentir atracción emocional y sentimental por un objeto.