En San Pedro, un grupo de quince jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día lleva adelante varios proyectos que tienen como fin brindar contención a niños de barrios carenciados, entre ellos, el Irrazábal, donde cada sábado comparten juegos, merienda y regalos con más de 40 chicos.
Bajo el lema “El amor de Cristo nos motiva”, se encargan además de sostener roperos solidarios y brindar alimentación en diversos sectores.
“Vimos que este es un barrio con algunas necesidades en las que podíamos nosotros colaborar. Los chicos son muy participativos, receptivos, las madres también acompañan y agradecen por el trabajo”, indicó Patricia Besot.
Semana a semana brindan la merienda mediante donaciones de comercios y la colaboración de adultos de la iglesia, en tanto que el número de niños, lejos de disminuir, se va incrementando y los pequeños (en su mayoría de entre 4 y 11 años) se muestran contentos con las actividades.