El ataque contra Rivero fue cometido el domingo 23 de octubre pasado, en la intersección la avenida Aguado y la calle 97, donde presuntamente intentó evitar que una patota robase la motocicleta de un joven que estaba acompañado de varias mujeres.

Según lo que se pudo reconstruir, en esa instancia Rivero sufrió un botellazo en la cabeza que le provocó una fractura de cráneo que lo dejó grave estado de salud y desde ese día luchó por su vida en una cama del Hospital Madariaga de esta capital provincial.

Su lucha se extendió hasta ayer, cuando finalmente dejó de existir, provocando tristeza y mayor bronca en sus familiares y conocidos, quienes inmediatamente después del ataque desplegaron una serie de protestas y cortes de calle en reclamo de justicia por el brutal ataque.

Patota y reclamos
Según consignaron fuentes policiales consultadas en la víspera, la causa por el ataque a Rivero ya está completamente en manos de la Justicia y en el marco del expediente que se instruye hay un solo mayor de edad privado de su libertad.

Los restantes implicados serían tres menores, de los cuales uno de ellos, continuaría ligado al caso. Éste último se trata de un adolescente que actualmente tiene 16 años -tenía un año menos al momento del ataque- que había sido detenido durante un procedimiento efectuado por el personal de la Comisaría Decimoséptima.

Según lo denunciado por familiares de la víctima durante sus constantes manifestaciones, los implicados pertenecería a una pandilla que varias veces se protagonizó conflictos violentos tanto con los vecinos de la zona como así también con policías que debieron intervenir en el barrio en algunas ocasiones en particular.