Misiones, Tuesday 30 de August de 2016

La primera reacción se resume en impotencia y tristeza. Pero cuando se conocen los detalles de lo sucedido aflora también un regocijo porque las acciones altruistas siguen latentes. 

La iniciativa de Federico (30) y su padre Edmundo Damus (59) son dignas de destacar e imitar. 
Padre e hijo rescataron el sábado al mediodía a una beba de un año. La madre de la criatura pretendía venderla y fue entonces cuando intervinieron, llamaron a la Policía, realizaron la exposición en la Comisaría de la Mujer y no conforme con ello la asistieron con ropa y se comprometieron en darle remedios en caso de necesitarlo.
Por su parte, la mujer en presunta situación de calle que pretendía concretar la transacción con su beba, frente a un local gastronómico de esta ciudad, recuperó la libertad a las pocas horas de ser demorada. Mientras, la nena se encuentra en un hogar convivencial en Posadas, a disposición de la Justicia.
Para Federico y su papá, Edmundo, no fue una jornada más; lo vivido caló hondo en sus corazones. El sábado estaban almorzando en un restaurante de la avenida Quaranta cuando percibieron que el muchacho que cuidaba los autos pidió ayuda. Es que una mujer ofrecía venderle a su niña, que en ese momento la tenía en brazos, con la advertencia de que si no le daba dinero entregaría a la pequeña a los gitanos.
“La mamá se acerca al muchacho que estaba cuidando los autos y le dice que quería vender su hija, nosotros estábamos sobre la vereda con mi papá y él nos dice lo que pasó, entonces nos quedamos con la nena. El verdadero héroe es el muchacho que cuida los autos, él la rescató”, valora Federico, en diálogo con El Territorio.
“Fue difícil. La beba no paraba de llorar, no quería comer nada, y la madre se quedó sentada en una esquina. Y nosotros con la incertidumbre de no saber qué hacer en una situación así”, recuerda Federico. Sus dudas tuvieron lógica, dos hombres con una menor que no es su familiar, sin documentos, podría derivar en conjeturas erróneas. De manera que llamaron al 911 y, con la nena en brazos, esperaron en la vereda a que llegaran los efectivos para seguir el curso legal de la historia. Una historia de derechos vulnerados.
“Entre mi papá y yo llamamos por lo menos doce veces al 911, una hora quince minutos tardaron en llegar al lugar y nosotros con la nena en brazos, estaba sucia con pis y caca, y no paraba de llorar pobrecita, y claro si estaba con dos desconocidos”, relata. 
“Se presentó un móvil policial con dos efectivos y de ahí fuimos a la Comisaría de la Mujer, un policía manejaba el móvil donde la subieron a la madre que, primero, decía que era la tía, y el otro iba en el auto de mi viejo con la beba”, cuenta Federico y agrega: “en la comisaría nos tomaron todos los datos, nos hicieron test de alcoholemia, nos preguntaron un montón de cosas como si fuésemos nosotros los que queríamos vender la nena, y sólo queríamos ayudar”.
Como la beba tenía apenas unos harapos y las agentes se comprometieron en higienizarla, los Damus se dirigieron hasta La Placita para comprarle algo de ropa. Se comprometieron además en asistirla con todo lo que necesitara de farmacia y alimentos. “Nos vamos hasta La Placita y le comentamos a la señora del puesto que queríamos ropa para una beba y nos pregunta cuánto pesa la nena, como no sabíamos le contamos la historia y se sintió identificada con la experiencia. Nos regaló la ropa. ‘Yo soy huérfana, mis padres me abandonaron’ nos dijo la mujer y nos dio dos prendas”, señala el muchacho que todavía conmovido por la situación exclama: “Ves la foto de la nena y te morís de lo hermosa que es, no podés creer que le suceda algo”.
El domingo los Damus volvieron a la Policía para saber dónde habían alojado a la pequeña. “Recién el lunes nos dijeron en qué hogar estaba, y pensamos ir a verla.  Es muy penoso todo lo que está pasando esa criatura”, desliza el muchacho que, impulsado por su instinto paternal, veló por el bienestar de una nena que jamás había visto en su vida. “Dentro de poco voy a ser papá y esto me movilizó, al igual que mi papá, él sintió lo mismo”.

El futuro incierto  de la beba
POSADAS. La mujer de unos 30 años que intentó vender a su beba de un año en inmediaciones a un centro gastronómico de Posadas dio su declaración testimonial en la sede policial que intervino pero hasta el momento no fue judicializada. Según indicaron las fuentes, en esa instancia habría dado cuenta de cierta necesidad económica que le impediría poder satisfacer las necesidades de la menor.
En ese punto argumentó su deseo de comercializar la criatura, un hecho que atenta contra la ética y el decoro y es repudiado moralmente por la sociedad, pero no está tipificado en el Código Penal vigente en el país y por lo tanto, no es considerado delito.
El alerta movilizó a dos patrullas -de las comisarías Tercera y de la Mujer- que abordaron a la madre, y para sorpresa de los uniformados, sin problemas admitió su intención de entregar a la niña en adopción, consignaron las fuentes.
La mujer ofreció una explicación en la que involucró a su actual pareja y presunto padre de la pequeña, que supuestamente cumple una condena en la cárcel. Esa situación -aseguró- la dejó sin posibilidades de alimentar a su hija, al punto que tuvo que acudir a la voluntad de la gente para poder comer. Intervino en esta causa el juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, quien inmediatamente dispuso la demora de la mujer y su posterior traslado a una alcaidía, donde se supo que recibió atención multidisciplinaria. Mientras tanto se buscó corroborar si tenía antecedentes penales, pero se confirmó que jamás fue denunciada por haber cometido un delito.
En cuanto a la beba, por disposición del magistrado quedó en custodia de la Defensoría de Menores que, en primer lugar decidió trasladarla en un hogar convivencial y en el transcurso de la semana se decidiría su futuro, es decir, si la devuelve a su madre o es entregada en adopción. En relación a eso, este medio pudo confirmar que se ordenó la realización de un relevamiento socioeconómico en el entorno de la mujer, para confirmar su testimonio. Hasta el momento la mujer no habría demostrado indicios de querer recuperar la custodia de su hija