Misiones, Friday 12 de February de 2016

Lo dijo el padre Julio Fleitag, cura párroco de Jardín América. Criticó a los políticos que dan charlas del flagelo y asisten a fiestas de personas sospechadas de narcotraficantes.

El padre Julio Fleitag afirmó que no tiene temor de las mafias de frontera y que está conforme con el accionar de la Policía por los recientes controles en distintos accesos a este municipio. 

 
No obstante, aseguró que la droga está lejos de erradicarse en forma definitiva y que lamentablemente la modalidad de tráfico al menudeo "ya entró en las escuelas primarias y secundarias de la zona". 

En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el sacerdote indicó que "lamentablemente es un tema que hace a la realidad de nuestra gente. Lo veo todos los días en mis recorridas por la zona urbana y las colonias".
 
A poco de haber llegado de sus vacaciones y ya instalado en la Iglesia a su cargo, "Cristo Redentor" de Jardín América, el padre Fleitag accedió a charlar con este Diario. 
 
"En realidad, lo que uno ve cuando anda por la ruta es que se están haciendo controles vehiculares y de personas. Algo que desde hace años no se hacía. Hay mucho mito detrás de estos individuos dedicados a las mafias, hay gente que comenta que se los ve merodeando por el pueblo pese a los controles. Lo bueno es que ahora el pueblo está tranquilo y la gente puede salir", afirmó el religioso para quien "no todo lo que brilla es oro", porque el flagelo de la droga persiste. 
 
"El gran problema social sigue siendo el consumo de bebidas alcohólicas, aunque lamentablemente esto es un folclore de casi todos los pueblos. La prohibición de bebidas alcohólicas es algo que no se cumple. Acá en Jardín América, sin ir más lejos, en las pasadas Fiestas, es decir el 25 y el 31 de diciembre pasado, desde el Municipio se habilitó el consumo en la vía pública, algo increíble si se tiene en cuenta que, de por sí, para esas Fiestas muchas personas están alcoholizadas", afirmó. 
 
Los más chicos en riesgo
El padre Fleitag denunció una realidad muy preocupante en la zona.
 
"Lamentablemente se generalizó la portación, tenencia y venta de drogas en los colegios. La droga entró en los colegios secundarios y primarios, nosotros estamos familiarizados con esas cosas, incluso en algunos lugares los mismos docentes son quienes llevan la droga a los colegios. En los barrios, en la comunidad en general, los puestos de venta se saben cuáles son, obviamente que luego son los perejiles los distribuidores al menudeo quienes caen. Todo eso responde a un grupo bien organizado, gente que seguirá impune porque tienen a jóvenes trabajando para ellos. Los jóvenes se dejan llevar por la plata fácil, por tres mil o cinco mil pesos acarrean cosas, llámese marihuana, cigarrillo o lo que fuese y bueno, empiezan con poca cosa y se ceban", precisó. 
 
Contradicciones 
Desde su lugar, el padre Fleitag aclara que para él es un compromiso y un deber denunciar lo que está mal, pero que no siempre es desde el púlpito.
 
"Nuestra tarea evangelizadora también nos permite manifestarnos en los medios, dar nuestra opinión. No puede ser que desde la política cometan tantas contradicciones como ser que vengan a dar una charla sobre los delitos fronterizos y para ello se reúnan en la casa de un hombre sospechado de estar involucrado en el tráfico. Pero estas situaciones no son nuevas. En el mundo de la droga los políticos están adentro, incluso hubo candidatos que ahora están prófugos de la Justicia", explicó el párroco.
 
"Hubo rumores y comentarios de que en otros municipios llegaron a pagar los sueldos de la comuna con fondos sospechosos, pero esto nunca se investiga a fondo", agregó.  
 
Refirió además que "en muchos casos se escuchó que algunos individuos quedan detenidos y estos grupos delictivos les mantienen a la familia mientras se encuentren presos. Es decir que están muy bien organizados, no sólo en Jardín América, es en toda la zona fronteriza". 
 
El Ejército  como opción en la zona 
Para el sacerdote Julio Fleitag, cuando el Ejército estuvo en la zona, mucha gente vinculada a los negocios de frontera "comenzó a cuidarse mucho más". 
 
"En toda esta zona vienen personas que escapan de la Justicia de sus países, como ser Paraguay o Brasil, hay un flujo migratorio importante. Pero no es algo que ocurre solamente en este sector de la provincia, se suele dar en la zona de Candelaria, Eldorado, y numerosos pueblos de la franja costera", indicó. 
 
Asimismo, expresó que "existen puertos clandestinos que no son controlados eficazmente. Se comenta que existe mucha connivencia de las fuerzas policiales y federales con algunos individuos vinculados a estos delitos. Una vez estaba pescando en el Paraná y escuché que, desde una canoa que venía del lado paraguayo, un  hombre gritaba que había que ’preparar un chancho para el soldado’, y entonces nos dimos cuenta de qué estaba hablando", señaló. 
 
"Las veces que estuvo personal del Ejército las actitudes comenzaron a cambiar en muchas personas que se movilizan o negocian por esos sectores fronterizos. Además, esta Fuerza utiliza grupos rotativos para sus guardias. De esta manera no puedan conocer a ningún lugareño. Lamentablemente, el Ejército fue sacado por las autoridades y todo quedó como si estuvieran haciendo un entrenamiento". 
 
"Con el Ejército se terminaría el compinchismo. En ese sentido, me parece muy bien que vengan policías de otras jurisdicciones o pueblos a realizar controles a las rutas donde no conocen a los pobladores. Se evita cualquier tipo de maniobra sospechosa y se realizan revisiones a todos los vehículos que circulan por la zona", añadió. 
 
Finalmente, el padre indicó que "la juventud debe recibir mensajes que no sean contradictorios por parte de sus gobernantes. Se debe fomentar la cultura del trabajo y no esa tendencia de tener todo lo que uno quiere sin sacrificarse como hace la mayoría de las personas"