Internacional, Sunday 30 de August de 2015
Las computadoras viejas y la chatarra electrónica se convierten cada vez más en un problema para los 28 países que componen la Unión Europea, dado que sólo se elimina adecuadamente un tercio de las computadoras desechadas.

El resto -unas 6,2 millones de toneladas en el año 2012- se recicla mal, se traslada al extranjero o simplemente se tira, señala el estudio de la organización CWIT sobre la lucha contra el despilfarro y el comercio ilegal con chatarra electrónica.

Como consecuencia, no sólo se generan problemas ambientales a causa de las sustancias tóxicas eliminadas, como mercurio o plomo, sino que también se producen daños económicos, porque se desperdician valiosos desechos reciclables.

La investigación fue encargada por varias organizaciones de Naciones Unidas así como por la organización internacional de policía criminal Interpol y fue apoyada por la Unión Europea, según la agencia DPA.

El secretario general del foro WEE (Waste Electronical and Electric Equipment), Pascal Leroy, subrayó: "La chatarra electrónica es la que más rápido crece de todas las corrientes de basura del mundo".

El manejo inapropiado y el comercio ilegal -en parte por parte de bandas organizadas- es sancionado sólo en el 0,5 por ciento de los casos, según Interpol.

En 2012, 1,3 millones de toneladas de chatarra electrónica y de computadoras en gran parte aún utilizables salieron de estados de la Unión Europea a través de exportaciones no registradas.

Dentro de Europa, la situación es aún más sombría: 4,7 millones de toneladas de chatarra electrónica son trasladadas de aquí para allá entre estados de la UE, lo que equivale a más de diez veces de lo declarado oficialmente.

En total, este manejo inapropiado genera daños a la economía de entre 800 y 1.700 millones de euros. El peso de esta chatarra desplazada ilegalmente se corresponde con el de un muro de ladrillos que va desde Oslo hasta el sur de Italia.

El estudio hace una serie de propuestas para lidiar con este problema; entre ellas, figura la de formar mejor a policías, fiscales y jueces.

Además, debe coordinarse a nivel internacional la información sobre el tema y los países de la UE deben ponerse de acuerdo sobre reglamentaciones unificadas: hasta ahora, aproximadamente un tercio de todos los estados de la UE no dispone de la reglamentación necesaria.