Daniel Scioli se mantuvo ayer al margen de la encendida pelea entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez, los dos candidatos a sucederlo, que comenzó a partir de la acusación al jefe de Gabinete de estar vinculado al caso del triple crimen de General Rodríguez.

 

Según lo confirmado por el diario La Nación, tanto en la Casa Rosada como en el comando de campaña del candidato presidencial se lamentaban ayer el gran conflicto que se generó alrededor de la interna para la gobernación.

 

Scioli no hizo pública su opinión sobre el caso y sus allegados indicaron que tampoco lo hará en lo que queda de campaña, puesto que buscará mantenerse alejado de una disputa que lo perjudica.

 

Mientras que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se puso al frente de la cuestión para moderar el daño y ordenó a su gabinete, incluida la fórmula de Domínguez y Fernando Espinoza, que condenaran la denuncia, aunque no pudo evitar la dura interna desatada en el Frente para la Victoria.

 

Al respecto, cabe indicar que Julián Domínguez publicó un comunicado en el que se mostró “dolido” por las palabras de su oponente en la interna, ya que lo vinculó a la supuesta campaña en su contra.

 

Desde Olivos se ordenó bajar los decibeles y alinearse detrás de Aníbal, al que mostraron como víctima de una operación. Pero Cristina nada dijo en público acerca del tema.