Misiones, Wednesday 1 de July de 2015

El locutor Carlos Carvallo, acusado de delitos de lesa humanidad cometidos en Entre Ríos, comenzó a ser buscado por INTERPOL que emitió una orden de captura internacional

Carvallo, ex conductor radial, es buscado por un homicidio y su presunta participación como oficial de Policía en grupos de tareas que se desempeñaban en Entre Ríos para la detención ilegal y tortura de personas.Desde noviembre pasado está prófugo, incluso antes de que se confirmara la orden de detención en su contra emitida por el juez  federal de Paraná, Leandro Ríos.

 

El magistrado que tiene a su cargo varias causas por delitos de lesa humanidad, investiga el grado de participación del locutor en varios grupos de tareas que operaban en Entre Ríos y Santa Fe. Carvallo aparece mencionado en el listado de informantes del Batallón 601 durante la última dictadura cívico militar. La causa iniciada por la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, pretende establecer el vínculo de Carvallo con algunos delitos que se investigan. En el ministerio de Derechos Humanos de Misiones, recibieron información de que también habría “trabajado” en la provincia, ya que llegó a Oberá en 1979. En la nómina de personal civil del Batallón de Inteligencia, Carvallo figura en el orden 2034 de la Foja N° 38, correspondiente al Área 212, Destacamento de Inteligencia 122, con jurisdicción en la provincia de Santa Fe.

El dirigente de ATE de Entre Ríos, Manuel Ramat señaló varias veces a Carlos Carvallo como integrante del grupo de tareas que lo secuestró y torturó.

Primero, en junio de 1976, fue asesinado su hermano Raúl en Campana. A los dos o tres días allanaron su casa en Paraná, en presencia de su familia, incluida su hija de 4 meses. Uno de los miembros de la patota era un oficial de la Policía de Entre Ríos de apellido Carvallo, quien luego lo torturaría y que ahora –dijo– vive en Formosa o Misiones y trabaja de locutor.

El 25 de setiembre un grupo de tareas que también integraba Carvallo lo detuvo en Victoria y Facundo Zuviría. Lo llevaron a la casa de la Base Aérea y por la noche lo trasladaron a la comisaría de la zona de Corrales y lo liberaron. Cinco días después lo volvieron a privar de su libertad, lo llevaron a la Jefatura de Policía –en calle Córdoba– y desde allí lo sacaron en un Ford Falcon donde iba, nuevamente, Carvallo. Cruzaron el Túnel, ingresaron a la provincia de Santa Fe, se detuvieron en Colastiné Sur: allí lo esposaron y le colocaron una capucha en la cabeza. Lo llevaron nuevamente a Paraná, a un lugar que luego identificaría como la vieja comisaría de El Brete, donde estuvo desaparecido durante 45 días, solo, encapuchado, sometido a salvajes torturas a cualquier hora del día en un sótano de la repartición. Simularon fusilarlo, le hicieron escuchar los gritos de otro torturado, hasta que lo trasladaron en el baúl de un auto al CCD Comunicaciones.