Internacional, Friday 30 de January de 2015

El shock séptico que sufrió una estrella de TV avivó la discusión sobre los riesgos

Andressa Urach pasó de ser una madre soltera adolescente apodada "Estaca" a personaje televisivo con un físico escultural, gracias a implantes de silicona, esteroides anabólicos, una operación en la nariz e inyecciones de hidrogel y Botox.
 
Urach, una de las principales promotoras de la cirugía plástica a sus 27 años, sufrió hace poco un shock séptico luego de que se complicara una intervención para aumentar sus muslos. El episodio avivó el debate sobre los riesgos que corren las mujeres para lucir más bellas en un país que acaba de desplazar a Estados Unidos como la capital mundial de las cirugías plásticas.
 
La joven, que terminó segunda en el concurso Miss Bum Bum, finalmente, se lamentó de "haber envenenado" su cuerpo "por vanidosa".
 
Urach apareció en televisión esta semana por primera vez desde que se sintió enferma, hace dos meses. Sus lesiones todavía son visibles. En diálogo con Rede TV, atribuyó sus penurias a una "sociedad que, lamentablemente, tiene parámetros de belleza en los que una tiene que ser perfecta". Y agregó: "Espero que estas heridas sirvan de advertencia a otras mujeres".
 
Urach dijo en una ocasión que se había retocado la nariz "para tener el rostro de una muchacha rica". Luego de terminar segunda en el concurso de 2012 para seleccionar el mejor trasero, fue invitada a un reality show en el que se desnudó totalmente y terminó conduciendo un programa en el que ella misma se tiró agua sobre sus pechos mientras entrevistaba a políticos sobre la sequía en el sur de Brasil.
 
Desde que Urach tuvo su crisis, varias celebridades admitieron que terminaron internadas en hospitales por intervenciones parecidas.
 
En octubre, una mujer de 39 años murió por una embolia pulmonar horas después de que se le inyectase hidrogel en las nalgas en la ciudad de Goiana.
 
Expertos y activistas afirman que la cultura brasileña obnubiló a las mujeres, que no pueden ver los peligros de esas operaciones y se someten a tratamientos cada vez más riesgosos, con materiales y métodos que no han sido aprobados por las autoridades, aplicados a veces por gente que no está habilitada.
 
"Nos venden estas cirugías plásticas, estas inyecciones sintéticas, como si fuesen cualquier otro producto", dijo Sara Winter, activista de la causa de los derechos de la mujer. Winter participó en una protesta en la playa de Copacabana, en diciembre, mostrando una enorme aguja de cartón y carteles deseándole una pronta recuperación a Urach.
 
Brasil tiene unos 5500 cirujanos plásticos habilitados y otros 12.000 médicos que no se especializaron, pero, de todos modos, hacen procedimientos cosméticos, según el Consejo Federal de Medicina, que es el encargado de licenciar a los médicos. Algunas mujeres recurren incluso a paramédicos o a personas sin ningún tipo de estudios médicos formales.
 
La Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica dijo que Urach recibió una dosis de silicona en forma de gel que era 200 veces lo que permite el gobierno y que se usó un hidrogel que no fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos. No está claro dónde se realizó la intervención ni quién la hizo. Urach no lo reveló.
 
A pesar de los cuestionamientos, la demanda de intervenciones cosméticas sigue siendo alta.
 
Brasil desplazó hace poco a Estados Unidos del primer puesto de la lista de países con más cirugías plásticas, con 1,5 millones de intervenciones en 2013, de acuerdo con la Sociedad Internacional de Cirugías Plásticas Estéticas.
 
Una de las mejores amigas de Urach, Jessica Lopes, estrella como ella de reality shows, dijo al sitio EGO que las dos programaban visitas al cirujano plástico juntas, como si se tratase de "una escapada a un centro comercial".
 
Muchas mujeres jóvenes visitan a médicos y les dicen que quieren tener cuerpos de modelos como Urach o, por lo menos, mejorar su autoestima.
 
El médico Ivo Pitanguy, uno de los mejores cirujanos plásticos del mundo, dijo que los médicos deben actuar como "psicólogos con un bisturí en la mano".
 
"La vida de las mujeres ha cambiado", advirtió el doctor Fernando de Almeida, presidente de la Sociedad de Cirugías Plásticas en San Pablo. "La cirugía plástica ayuda a las mujeres que pensaban que se les venía el mundo encima porque sus pechos estaban caídos." (Agencia AP.)