Misiones, Friday 24 de October de 2014

Una profesional de  la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) afirmó que el imputado puede tener reacciones agresivas o violentas en situaciones imprevista

Una perito psicológica de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) determinó, luego de dos sesiones o entrevistas con el único imputado por el crimen de Angélica Ramírez (14), que éste puede llegar a ser “impulsivo en determinadas situaciones”, lo que dejó entrever que el acusado podría llegar a ser agresivo.
Este testimonio se concretó ayer en el marco de la tercera jornada del juicio oral y público que se le sigue a Francisco Bourscheid (53) por el crimen de la adolescente, cuyo cuerpo fue hallado en un camino vecinal de Puerto Rico, el jueves 27 de septiembre de 2012. 
La facultativa, Paula Leguía, quien brindó una declaración breve y cargada de lenguaje técnico propio de su especialidad, detalló además los tests a los que fue sometido el paciente y que posibilitaron un diagnóstico. 
En cierto modo la psicóloga explicó que por su personalidad el hombre podría tener reacciones violentas imprevistas, sin descartar que la abstinencia de alcohol le genere impulsividad o ira repentina (el imputado estuvo internado por alcoholismo antes del hecho).
Bourscheid es conocido en dicho pueblo como “El Panadero”, debido a que se dedicaba al reparto de ese producto, y llegó a este juicio imputado por “homicidio calificado por el ensañamiento y la alevosía”. 
Una testigo, la punta del ovillo
También ayer, el titular de la Saic, Fernando Castelli, brindó ante el Tribunal un pormenorizado relato de cómo llegaron hasta el imputado. Contó que el testimonio de una mujer, que daba cuenta de la presencia de una camioneta tipo utilitaria mal estacionada cerca del lugar donde fue encontrado el cadáver, les posibilitó ahondar de quién se trataba, llegando hasta el domicilio de Bourscheid
La defensa del acusado, el abogado Mario Cáceres, solicitó anular el posterior allanamiento que hubo en la vivienda de su cliente, en función de que “no se filmó todo el procedimiento”, pese a que Castelli explicó que en ese entonces “no contaban con elementos para poder filmar toda la requisa”. 
Igualmente, el director de la Saic aclaró que contaban con “secuencias filmadas de ese allanamiento”, las cuales fueron exhibidas en la sala. Justamente al mostrarse las imágenes, se pudo establecer que tanto las dos testigos como el imputado estaban en todo momento en el lugar, contrariamente a lo que dijo en su declaración el imputado. 
“En todo momento estuvo presente el dueño de casa”, aseguró Castelli, y agregó que siempre hubo “al menos una testigo presente mientras se incautaban elementos”. Esta aclaración tuvo que ser remarcada en varias ocasiones por el funcionario judicial, ante la insistencia de la defensa con respecto a la posibilidad de que le hayan “plantado” la evidencia al acusado. 
Coincidió en su posterior declaración, sobre todo en que “se cuidó y resguardó la evidencia en todo momento”, el licenciado Martín Duarte, integrante del Gabinete de Criminalística de la Saic, también presente en el referido allanamiento. 
Los investigadores contaron que llegaron al pueblo a las 48 horas del hallazgo del cadáver de la infortunada jovencita.
 
 
 
 
La “línea narco” ya se investigó 
 
 
Pese a que la fiscal que interviene en el juicio oral, Liliana Picazo, afirmó que la “línea de posibles vinculaciones de la víctima con individuos del narcotráfico ya se investigó en la instrucción de la causa”, el Tribunal Penal 1 ordenó remitir las declaraciones de una médica forense a la Fiscalía de Instrucción de Puerto Rico para su correspondiente investigación (y a instancias de la defensa del imputado). 
Tal como publicó ayer este diario, la médica forense del Poder Judicial Helga Sulamita Segovia de Ledesma -la primera en realizar la autopsia a la menor asesinada- brindó una versión considerada por el mismo Tribunal como “incomprobable”, teniendo en cuenta que la principal protagonista de su relato falleció poco después del crimen. La facultativa relató, entre otras cosas, que una enfermera ya fallecida le dijo que junto a Angélica transportaban bolsas con drogas a distintos puntos del pueblo y que poco antes de darle una lista de los asesinos la citada empleada sanitaria murió en su casa. 
En otro orden, ayer también prestaron declaración dos peritos a cargo de los entrecruzamientos telefónicos, de la Saic y de Gendarmería Nacional. Ambos coincidieron en que no figura la llamada o mensaje de texto de Angélica que dijo haber recibido la madre de la víctima horas antes de que fuera hallada sin vida. 
También habló ante el cuerpo tribunalicio un vecino de la adolescente asesinada, quien dijo haber escuchado que ésta tenía una relación con un sujeto mayor de edad conocido como “Gali” y del que no pudo aportar mayores datos. 
Finalmente, un testigo que fue citado al lugar donde encontraron a la jovencita sin vida (cerca del barrio San Francisco de Puerto Rico) dijo que el cuerpo estaba entre basuras y que había una botella. 
El debate se lleva a cabo en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1 de Posadas, sobre la calle La Rioja entre Rivadavia y 3 de Febrero. El cuerpo tribunalicio es encabezado por el camarista Martín Errecaborde, secundado por Eduardo D’Orsaneo y Ángel Dejesús Cardozo
El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes a las 8.30.  
 
 
 
 
 
Conmovedor relato 
de un bioquímico
 
 
El bioquímico Emilio Zappa, integrante de la División Criminalística de Puerto Rico que intervino en el caso de Angélica Ramírez,  expuso un conmovedor relato durante la jornada de ayer. 
“Cuando me dirigía al lugar del hecho no podía creer que el sospechoso residiera en un barrio tan lindo. Cuando vi la impronta similar a sangre en la zapatilla del imputado, pensé hacia mis adentros: ‘Estamos frente a algo muy grave’. Poco tiempo después, al conocer el resultado del ADN, pese a esa certeza, a la honestidad con la que trabajamos y al buen camino en que nos dirigíamos por echar luz al caso, no hubo reconocimiento. Paradójicamente sucedió todo lo contrario, ya que empezaron los rumores de que plantamos esa prueba. No sabía si estar contento o triste cuando llegó aquel resultado de ADN” que confirmaba que la muestra genética hallada en la zapatilla de Bourscheid correspondía al de la víctima. 
“Hace 21 años que vivo con mi familia en Puerto Rico, en el mismo barrio donde residía Angélica. Sentí mucha pena al ver una sociedad dividida. Igualmente estoy seguro de que hicimos las cosas bien y estoy orgulloso de mis compañeros. Pese a todas las versiones que surgieron, hoy puedo decir que duermo tranquilo”.