Nacional, Thursday 23 de October de 2014

“No voy a hablar por las partes”, se excusó el jefe de Gabinete durante su informe en el Senado

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich,  no quiso responder a quién y a qué precio se importó gas licuado en los últimos dos años, cuando YPF empezó a intervenir como intermediario de Enarsa, en lo que fue un ajuste de cuentas interno del Gabinete, cuando Axel Kicillof y Miguel Galuccio lograron quitarle ese negocio millonario a Julio de Vido.
 
Capitanich pasó su peor momento del día al brindar su informe mensual en el Senado, cuando el senador Jaime Linares lo acorraló con preguntas sobre los opacos y multimillonarios contratos de importación de gas licuado que YPF mantiene ocultos bajo siete llaves.
 
“Cómo jefe de Gabinete no voy a hablar de las partes”, se excusó sin mayor cuidado el chaqueño. Puso así sobre la mesa el duro cruce entre Galuccio y Julio de Vido, que se disparó cuando el ex asesor del ministro de Planificación Roberto Dromi denunció que desde que la petrolera interviene en la importación de gas los contratos son secretos, nadie los audita y violan la ley.
 
Linares es un ex intendente de Bahía Blanca, puerto al que llegan la mayoría de los barcos con gas licuado y conoce de cerca el tema. Con su estilo áspero, le recordó a Capitanich que al menos cuando Enarsa estaba a cargo de las contrataciones, las mismas estaban presupuestadas y esto permitía inferir su costo. Desde que la operación, por orden de Kicillof, pasó a ser manejada por YPF el Gobierno dejó de brindar información sobre un gasto que se hace con recursos del Estado.
 
“Necesitamos conocer el costo total de la carga, quienes son las empresas que proveen y cuáles son los costos portuarios” exigió el bahiense.
 
“Nos sorprende que Enarsa haya delegado en YPF las licitaciones y que no sean públicas ni se conozcan los oferentes. No conocemos cual es el precio que paga YPF por cada carga y cuáles son los costos portuarios”, protestó.
 
Linares le recordó a Capitanich que Miguel Galuccio, reconoció en una presentación en el Senado, que cada barco que llega con gas licuado a los puertos de Bahía Blanca y Escobar cuesta 50 millones de dólares y se importaban alrededor de 80 por año, o sea, no menos de 5 mil millones de dólares. Es al menos la mitad del déficit energético y el Gobierno se niega a dar un detalle de ese gasto.
 
“No saben cuánto se paga. Firmaron contratos por dos años y como este año las temperaturas fueron 2 grados más hubo hasta cuatro barcos parados sin descargar. Cada uno costó 85 mil dólares por día y otros 15 mil de multa”, recordó el bahiense.
 
Capitanich eludió la respuesta sin evitar ridículo. “YPF participa de la importación de gas para minimizar el costo y cobra una comisión por el gasto de los recursos humanos”, fue su explicación, para luego estar media hora detallando el aumento de la producción de energía en los últimos años.
 
“Esto es un escándalo y no puede ser que estemos como si no pasó nada”, se alarmó el radical Ernesto Sanz le hizo saber que se había quedado sin responder lo esencial: Nadie sabe donde están los contratos.
 
“Usted no está de acuerdo con un sistema en el que interviene YPF que es una empresa de capitales privados. Como jefe de Gabinete es todo lo que le puedo decir. No voy a hablar de un acuerdo entre partes”, volvió a escaparse el chaqueño, visiblemente incómodo.
 
Su evasiva causó la risa de Sanz y el socialista Giustiniani. “Nos conocemos hace muchos años. Usted está hablando en nombre del ministro de Planificación. No le pido más nada, pero el Gobierno se merece otra respuesta”, le dijo un anestesiado Sanz.
 
Capitanich pudo haberse callado pero se sintió en la obligación de desprenderse del tema. “Le recuerdo que el artículo 101 de la Constitución me obliga a trasladar la pregunta al área correspondiente y así lo haré”, se escabulló.
 
 
Fuente: Lapoliticaonline