Misiones, Tuesday 21 de October de 2014

Este martes, a poco más de dos años del asesinato de la adolescente Angélica Ramírez, ocurrido el 27 de septiembre del 2012 en Puerto Rico, comenzó el debate oral y público donde se juzga al único imputado por el crimen, el panadero Francisco Bourscheid (52).

Estiman que el proceso se extenderá hasta mediados de noviembre, debido a la cantidad de testigos citados para declarar.

 

En la primera jornada, leyó el auto de elevación a juicio, que es bastante extenso. Después de un cuarto intermedio, el acusado aceptó ser indagado. Se declaró inocente.

Bourscheid  dijo que nunca tuvo trato con Angélica y solo la conocía de vista. Recordó que cuando era chica, una vez su mamá habló con él, en tiempos en que estaba al frente de otro negocio, una pinturería.

Aseguró que después nunca más la vio. Detalló que el día del hecho, cuando se iba a repartir pan, le comentaron la muerte de una joven. Recién después supo quién había sido la víctima.

Sobre las horas anteriores al hallazgo del cadáver de la adolescente, precisó que esa jornada, cuando terminó de trabajar, se encontró con un conocido y estuvieron tomando unos mates cerca de donde después se enteró encontraron el cuerpo.

Bourscheid  juró que luego volvió a su casa y compró comida en el almacén que está al lado y posteriormente se acostó a dormir. Que al otro día vino la Policía porque habían visto una camioneta parecida a la suya cerca de la escena del crimen.

Días después hicieron un allanamiento en su casa y secuestraron ropa y zapatillas. En uno de los calzados había sangre de Angélica, según determinó posteriormente un cotejo de ADN.

El panadero aseguró en su indagatoria que a él no le dijeron que había sangre en la zapatilla. De inmediato, la fiscal Liliana Picazo le replicó que él había dicho durante la instrucción que sabía que probablemente había sangre en el calzado. Fue una de las contradicciones en las que incurrió.

En la primera audiencia del debate, fue llamado como testigo Alexis Ramírez (19), hermano de la víctima. Entre otras cosas, dijo que estaba al tanto de que su hermana salía con hombres más grandes, pero nunca sospechó de nadie. “A veces se escapaba cuando mamá no estaba, porque no la dejaba salir mucho”, indicó.

También compareció Nelson Ramírez, padre de la jovencita. Aseguró que confía en la Justicia y hasta aquí está conforme con lo que se ha hecho. “No conocía hasta hoy al panadero y nunca sospeché de nadie. Me sorprendí cuando dijeron que él podía ser el autor del crimen”, admitió.

Recordó que escuchó muchas veces cómo en algunos medios de comunicación se decía que el panadero no era el culpable, solo un perejil.

Ramírez contó que él está separado de la madre de Angélica y que cuando sucedió el homicidio él residía en Puerto Libertad. Incluso que llegó a la chica a vivir un tiempo con él, pero ella luego regresó a Puerto Rico.

El médico policial Eliseo Molet revisó al panadero cuando fue detenido. Al declarar como testigo este martes dijo que el sospechoso presentaba lesiones en el brazo derecho y en el hombro izquierdo, no de la misma magnitud o similitud y que no se sabía a qué podían corresponder. Indicó que esas heridas pudieron haberse producido entre dos y diez días antes de la revisión.

En su indagatoria, Bourscheid  sostuvo que las lastimaduras de los brazos las sufrió cuando lavaba el interior de su camioneta. De la restante no tenía idea de cómo se había producido.

Además pasó por el estado Pedro Caminos, psiquiatra que atendió hace unos años al imputado. Comentó que el hombre se trató por problemas de adicción al alcohol y depresivos, derivados de su separación. Apuntó que esto fue antes de 2010.

Caminos contó que el abogado Miguel Bareiro, quien hasta hace unos meses fue defensor del sospechoso, le pidió un certificado en el que constara los antecedentes depresivos del panadero y una sugerencia de internación en una clínica psiquiátrica, porque supuestamente había un potencial peligro de suicidio.

El psiquiatra Marcelino Acosta, del Poder Judicial, también fue convocado como testigo. Sobre los antecedentes de Bourscheid señaló que en el tratamiento de recuperación por adicciones una persona puede mostrar conductas agresivas que si son reiteradas ya pasan a ser violentas. Pero cuando la fiscal le preguntó si eso puede corresponderle al caso del panadero, respondió que no era seguro.

Hoy siguen las testimoniales. Están citados a declarar unas 100 personas, que desfilarán ante los magistrados que integran el Tribunal Penal Uno de Posadas: Martín Errecaborde (presidente), Eduardo D’Orsaneo y Ángel Dejesús Cardozo.

El acusado se encuentra asistido por el abogado particular Mario Cáceres. Y el padre de la jovencita es querellante en la causa.

El cuerpo de Angélica, que tenía 14 años, fue encontrado por una mujer al costado de la avenida Pionero Kuhn de Puerto Rico, a las 7 de la mañana del 27 de septiembre de 2012.

La autopsia posterior indicó que recibió cuatro garrotazos en la cabeza, que le ocasionaron el deceso.

Algunos días después, la policía detuvo al repartidor de pan Francisco Bourcheid. Las posteriores pericias, con muestras de ADN incluidas, y algunos testimonios, fueron suficientes para que se le impute el crimen. El hombre está acusado del delito de “homicio calificado por alevosía y ensañamiento”. Si lo hallan culpable lo espera la prisión perpetua.

En la jornada de hoy, la audiencia se hizo a sala llena. El recinto se encuentra sobre la calle La Rioja, entre Rivadavia y 3 de Febrero. Llegaron muchos familiares de la víctima desde Puerto Rico.