Misiones, Sunday 21 de September de 2014

Sería el único delito que podrían probar en contra de los detenidos. La huella del ex prefecto Paz se encontró en la caja de zapatos donde Knack guardaba el dinero. Cayeron todas las hipótesis para dar con más sospechosos

A días de cumplirse cuatro meses de la masacre de Panambí, la jueza Alba Kunzmann de Gauchat sólo tendría argumentos para procesar por “robo calificado” a los tres detenidos en el marco del cuádruple homicidio de la familia Knack, ocurrido el 25 de mayo pasado.
Según averiguó El Territorio, el expediente del caso lleva el número 1697/2014 y se titula “Paz, Pablo Julio y otros S/Robo Calificado”, lo que siembra un manto de dudas sobre la instrucción de la masacre que conmueve a los misioneros. 
Luego de que el suboficial mayor del Ejército Rubén Orlando Bueno (52) fuera liberado el viernes por falta de mérito, se aguarda que en los próximos días la jueza Alba Kunzmann de Gauchat dictamine la prisión preventiva de los otros tres imputados, el ex prefecto Pablo Paz (51), Juan Godoy (44) y el chapista Marcial Alegre (45), todos oriundos de San Javier, y actualmente detenidos en la Unidad Penal II de Oberá.
Sabido es que hasta el momento las principales pruebas apuntan a Paz y Godoy. Se hallaron huellas del primero en la escena del crimen, al tiempo que trascendió que también lo comprometería el cotejo de las muestras de ADN tomadas de una barra de hierro. 
Mientras que las muestras de cabellos halladas en un pasamontañas en la casa de los Knack corresponderían a Godoy, informaron fuentes del caso. 
En tanto, el entrecruzamiento telefónico habría determinado que ambos se comunicaron el día del hecho, pero no se habría corroborado que hayan hecho alusión al trágico episodio que se investiga. 
Sobre el chapista Alegre las pruebas son todavía más endebles, ya que lo único que hasta el momento lo comprometería sería el arsenal encontrado durante el allanamiento de su taller en San Javier y el hecho de que se haya dado a la fuga cuando supo que la Policía seguía sus pasos. 
Un dato que ahora desconcierta a los investigadores, al fiscal y a la jueza, se conoció con el resultado de las pericias de ADN recepecionadas hace diez días desde un laboratorio privado de Buenos Aires, donde se confirmó que el pasamontañas hallado en la casa de los Knack tenía cabellos y rastros genéticos de Godoy, no de Paz como se presumía en principio tras los dichos de Cristian Knack (25) días antes de morir en el Hospital Madariaga.
Como se viene informando, en su declaración ante los investigadores de la Policía el muchacho aseguró que el día del hecho su padre “luchó y le sacó la capucha a un prefecturiano o ex prefecturiano”, por lo que se especulaba que podría haberse tratado de Paz. 
“Pero ahora resulta que el informe genético apunta a Godoy. Y si a eso le sumamos que en su momento la detención de Bueno también se originó a una presunción en base a los dichos de Cristian, está claro que hasta acá las pruebas contra los imputados son escasas y dudosas. Ni siquiera en ronda de testigos pudieron identificar a los sospechosos”, confiaron desde la defensa de uno de los tres detenidos. 
Incluso, reconocieron que la liberación de Bueno -tras 84 días tras las rejas- marcaría  “falencias en la investigación y la instrucción”. 
“Desde un principio apuntaron hacia la banda de San Javier por un supuesto llamado anónimo a la Comisaría de Panambí y después Cristian declaró en sintonía con lo que se venía publicando en los medios. Ahora, llama la atención, ante la complejidad del caso, que no se haya grabado o tomado un registro audio visual del testimonio del que hasta entonces era el único sobreviviente”, agregaron.
En ese sentido, este medio averiguó que las defensas de los imputados preparan una serie de recursos para rebatir la posible prisión preventiva. Precisamente por ello, la jueza que entiende en la causa pretendería avanzar en la carátula de “robo calificado”, ya que hasta ahora sería el único delito que se podría llegar a probar en contra de los tres detenidos, puesto que la huella de Paz se encontró en la caja de zapatos donde el empresario maderero Oscar Knack (43) guardaba el dinero que tenía en la casa. 

El principal acusado  
Cristian habría corroborado lo que antes señaló su hermano Carlos “Nano” Knack (20): que un ex prefecto había hecho negocios con sus padres y que habría tenido alguna intención de seducir a su madre, por lo que dejaron de venderle madera.
“Hacía un año que no hicimos más negocios con el prefecturiano porque mi papá se enojó cuando se quiso hacer el vivo con mi mamá. Había comprado unas seis o siete cargas de machimbre. Venía con un camión vaquero rojo, pero después de ese problema no volvió”, mencionó.
Además del testimonio de Cristian, la acusación está centrada en el ex prefecto Paz ya que una de sus huellas fue hallada en la caja de zapatos donde Knack guardaba el dinero.
A Godoy lo compromete el auto, ya que desde un primer momento se dijo que ese día lo vieron por la zona, lo que después fue corroborado por la declaración en el Hospital Madariaga
De todas formas, en la ronda de reconocimiento Nano Knack no habría podido identificar a ninguno de los tres detenidos, lo que limita seriamente la acusación.


Sólo sospechas 
Entre las hipótesis barajadas por los investigadores se siguió la pista de dos sujetos oriundos de Eldorado; una banda de Jardín América sospechada de contrabando de cigarrillos; vecinos de las víctimas y hasta parientes, pero todas fueron descartadas. Incluso un policía de Panambí permaneció demorado unas horas en averiguación del hecho, confirmaron fuentes del caso. 
Luego de la feria judicial, la magistrada que entiende en la causa recepcionó un expediente con el detalle de los datos aportados por una mujer y ordenó que una comisión policial investigue la veracidad de la denuncia y las posibles conexiones de dos sujetos de Eldorado con el cuádruple homicidio. 
“Sé quienes más están involucrados en el caso de Panambí”, fue el primer mensaje de texto que recibió un policía que cumple funciones en Eldorado. Ya en un segundo texto, la misma persona aportó dos apellidos y reconoció que temía por su integridad física. 
En total fueron tres los mensajes enviados desde el mismo teléfono celular. Los mensajes fueron enviados a fines de junio y a partir de ahí se activó una serie de pasos formales. Una comisión policial siguió la pista, pero no dieron con los sujetos. 
También fue citado a declarar Oses, quien el 25 de mayo le pagó los 300 mil pesos a Cristian. Según averiguó El Territorio, el mismo empresario monopoliza la compra del 90 por ciento de la materia prima que se produce en los aserraderos de Panambí, donde ocurrió la masacre. Tampoco se hallaron pruebas en su contra.