Misiones, Thursday 17 de April de 2014

En el sector donde termina la avenida Mitre, despejada por el traslado del acceso al puente, se vive un intenso movimiento comercial apuntalado por la diferencia cambiaria que favorece al vecino país

 Lejos de la incomodidad que generó en un primer momento el traslado del ingreso del puente San Roque González a la altura de la avenida Tierra del Fuego, hoy la despejada avenida Mitre en el cruce con costanera, recuperó su movimiento comercial y se consolida como una próspera “zona baja posadeña”, donde se puede comprar al menudeo y al por mayor.
La asimetría cambiaria que favorece a los paraguayos, por la dinámica de frontera, alienta al mismo tiempo el florecimiento de la actividad comercial de este lado del río. Y en los alrededores de la Placita del Puente se encuentra un amplio corredor de proveedurías, minimercados, distribuidoras y al mismo tiempo se instalan los vendedores ambulantes y cigarrilleros.
Los comerciantes de la zona son reacios a dar detalles de la “primavera económica” que experimentan de la mano de la voluminosa demanda de los paraguayos de productos alimenticios como aceite, harina, azúcar, bebidas alcohólicas, elementos de limpieza, carbón y cemento.
Algunos de estos artículos tienen restricciones aduaneras para la salida del país. 
Según el relevamiento realizado por el El Territorio, gran parte de los productos adquiridos por paraguayos, tienen destino la ciudad de Encarnación y los controles aduaneros apuntan a detectar los casos de contrabando de mercaderías con precio subsidiado, que solamente deben comercializarse para su consumo dentro del mercado interno argentino.
“No me gusta que me molesten con preguntas, yo estoy en regla, pago todos mis impuestos y hago un trabajo digno, sólo quiero vender, no doy precios porque sí”, protestó la mujer, mientras trasladaba una pesada bolsa de harina, al ser consultada sobre el movimiento de ventas en su negocio.
El encargado de una distribuidora soltó un poco más, “hace dos meses por ahí que estamos trabajando muy bien, los que más vienen son paraguayos, eso no es nada nuevo. Pero ahora por el cambio están viniendo mucho más y pagan en efectivo, llevan harina y vinos... si tienen problemas para pasar no sé, yo no pregunto eso, pero toda la mercadería que tenemos se puede vender y en regla”, aseguró.
Una vecina que aprovecha el frente de su vivienda para vender golosinas y vinos Uvita aportó precisiones sobre la cantidad de personas que llegan para comprar, “en un 95% son paraguayos, llevan para vender al por mayor, los que van en motitos llevan poco, pero los que vienen en las combis pueden llegar a cruzar dos veces por día”.

Se gana y se pierde
Por su parte, los paraguayos que trabajan del tráfico hormiga de mercaderías cruzan el puente a primera hora con cigarrillos y algunas ropas, y de regreso a su país se llevan los productos muy apreciados en la otra orilla.
“Aceite no se puede pasar, la Aduana argentina te hace muchos problemas, pero igual algo siempre se pasa, acá se compra una botella a 16 pesos y allá se vende a 22, es lo que más se vende”, comentó un pasero y agregó, “el cambio nos  favorece, pero por otro lado, cuando llevamos pesos allá no vale nada, pero igual no queda otra que trabajar así, allá (Paraguay) no tenemos otra cosa para hacer”. 
Antonio Vera contó sobre la ganancia que le deja la venta de cigarrillos. “No me hago rico, tengo la gruesa a 34 pesos y me deja 3 pesos de ganancia, para que rinda el día tengo que vender dos cajas y me deja un margen de casi 150 pesos, ahí me llevo la mercadería para usar en la casa”.
La queja repetida por las voces con acento guaraní es que tienen que pasar distintos ‘filtros’ hasta poder traspones la frontera. “Tránsito nos persigue”, lamentaron.
Por otra parte, de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas vieron con buenos ojos el auge del movimiento de paraguayos que vienen a comprar a Argentina.
“No tenemos datos del comercio en esa zona particular, pero vemos bien que los paraguayos vengan a comprar y con el estímulo de precios máximos de los comercios para cuidar el consumo, también es cierto, que este derrame de dinero no va más allá de productos de consumo masivo como cerveza o cemento”, indicó el presidente de la entidad, Nicolás Trevisan.