Misiones, Thursday 17 de April de 2014

Así adelantó el gobernador al referirse a la caída del puente Acaraguá. Vecinos intentaron advertir sobre posible tragedia pero nunca ubicaron al referente de Vialidad en la localidad

  “Evidentemente algo se hizo mal” pero “las responsabilidades no se delegan”, fue lo planteado ayer por el gobernador Maurice Closs al hablar de la tragedia del puente Acaraguá que provocó dos muertes y una veintena de heridos. Adelantó que se realizará un puente nuevo y por contratación directa. De esta manera, el mandatario provincial se refirió al desmoronamiento del citado viaducto que provocó la caída de un colectivo -el pasado domingo-, cuyas consecuencias fueron dolorosas. Desde el Ministerio de Salud Pública se informó que fueron dados de alta todos los pacientes que se encontraban internados en el Hospital Samic Oberá a causa del accidente. De los 16 internados, continúan los dos pacientes más delicados en el hospital Escuela de Agudos doctor Ramón Madariaga de Posadas.
 “Las responsabilidades no se delegan. Es un hecho lamentable y las familias tienen un inmenso e irreparable dolor y eso hay que respetarlo y evitar las reflexiones políticas”, planteó ayer el mandatario provincial al dejar inauguradas las mejoras edilicias del “Neni 2043” emplazado en el barrio Yacyretá de Posadas.
“Quizás tuve que haber hecho una contratación directa, y es lo que vamos a hacer ahora”, sostuvo al adelantar la construcción de un nuevo puente.
También planteó que “con el diario del lunes es más fácil opinar, todos sabían lo que había que hacer y algo no se hizo bien. El Estado debe tener la fortaleza de no ceder a presiones”.
Closs recordó que el pasado sábado se había llamado a licitación, para la reparación del citado puente que tenía más de 50 años. “En la década de los 90 no se reparó”.
La citada estructura se ubicaba entre las localidades de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón, y Colonia Acaraguá, en Alba Posse.
Closs al dejar aclarado que se hará  un nuevo puente, mencionó también su encuentro -el último martes-, con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
A su vez, cuestionó a quienes pretenden capitalizar la desgracia políticamente. Fue “un hecho lamentable, donde las familias que han sufrido tienen un inmenso e irreparable dolor”.
Planteó que de ahora en adelante hay que dejar “que el Estado resuelva las cosas técnicas y el Estado, debe tener la fortaleza de no ceder a las presiones y a las cosas que dicen algunos como que no va a pasar”.
A ello agregó que “la responsabilidad no se delega pero si por ahí si hubiéramos aplicado sin ningún tipo de desvío los criterios técnicos iniciales que se plantearon a principios de año, quizá la gente hubiera tenido que hacer una vuelta más larga para llegar a algún lado o le hubiera costado más su producto entregarlo en tiempo y en plata, pero no hubiéramos estado en esta situación”.

El lugar de la tragedia
La bajada al arroyo Acaraguá, viniendo de Campo Ramón por la ruta provincial 103, se asemeja a una escena de una película de catástrofe. Una larga fila de conos precede a un móvil policial, cruzado en el camino, y dos uniformados detienen el paso.
Tras el primer cordón, difícil de sortear, a los 500 metros la ruta está cortada con varios guardarraíl móviles custodiados por personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE).
Son 27 kilómetros desde Oberá, pero apenas en los últimos mil metros antes del arroyo hay control policial y avisan que el puente ya no está.
Así, quien no esté enterado de la tragedia y pretende viajar hacia Alba Posse, Colonia Aurora o 25 de Mayo, se ve obligado a volver por la 103 y buscar una ruta alternativa para llegar a destino.
Es una de las tantas complicaciones que generó el colapso del puente sobre el arroyo Acaraguá para los habitantes de la zona y para quienes transitan a diario por las localidades citadas.

Alumnos en problemas
“El 40 por ciento de nuestros alumnos viven del otro lado, en el municipio de Alba Posse, y sin el puente no pueden venir. Algunos padres pensaron en una canoa, pero es muy riesgoso porque el arroyo crece mucho. También le complica a los profesores, que tienen que dar la vuelta por Panambí y no llegan a horario de una escuela a otra”, comentó Lisandro Plank, director de la Escuela 358, ubicada a 100 metros del puente.
La institución cuenta con Nivel Inicial, primaria y secundaria hasta cuarto año. Sobre una matrícula de 100 alumnos, alrededor de 40 viven del otro lado del arroyo.
Consternado como todos en la colonia, el director reconoció que “se sabía que el puente estaba en malas condiciones, pero nadie se imaginaba que se iba a desplomar así”.
Y cuesta comprender el hecho, más estando en el lugar frente a la mole destruida. Una masa de asfalto y hierros retorcidos en lo bajo, contrastan con las columnas intactas que sobresalen en lo alto.
Sin inmiscuirse en cuestiones técnicas, Plank señaló que “tal vez las lluvias fueron haciendo ceder las bases y con ello toda la estructura. Antes había monte y el agua infiltraba, pero ahora casi toda la lluvia termina en el arroyo y las crecidas son impresionantes”.
“Acá hay culpas repartidas y todos estamos muy dolidos y tristes por lo que pasó”, subrayó.
A pocos metros de la escuela reside la familia Barrios, quienes vieron en directo el colapso del puente cuando el colectivo Singer intentó cruzar con 21 personas a bordo.
Arnaldo Barrios, su esposa Mónica Hahn y su hijo Emanuel tomaban mate en el corredor de la casa, a eso de las 16.30 del domingo, cuando los sacudió el estruendo y una densa polvareda tiñó el horizonte.
“Lo más triste y que no me puedo sacar de la cabeza es que las autoridades sabían que el puente estaba por caer. El sábado fui a ver cómo estaba la crecida y cuando pasaba un auto, por más que sea chico, el puente temblaba todo. Si las cabeceras estaban parchadas con brea, nomás”, graficó Barrios.
Su hijo Emanuel, en tanto, exhibió una nota fechada el 17 de enero pasado con casi 600 firmas de vecinos de la zona y transportistas que pretendían entregar a las autoridades de Vialidad.
El título del escrito genera escalofríos: “Pedimos la colaboración de todos para evitar una tragedia”, y en un párrafo presagiaron que debido a sus “fisuras puede derrumbarse en cualquier momento”.
“Pero fuimos varias veces a la delegación de Vialidad en Santa Rita y estaba cerrada. No sabemos si no trabajan o si se escondían cuando llegábamos, pero lo cierto es que desde enero no pudimos entregar la nota. Después quisimos cortar la ruta y la Policía no nos dejó porque éramos pocos”, comentaron.
Además, alertaron sobre el estado del puente del arroyo El Torto, a 40 kilómetros de Acaraguá.
“Es de la misma época y la gente comenta que tiene fisuras. Acá pasaban colectivos y camiones todo el tiempo, dijimos que esto iba a pasar y no quisieron escucharnos”, subrayaron.


Cómo es el diseño de un puente Bailey
En forma previa desde Vialidad Provincial se había indicado que se había “formalizado la aceptación de un préstamo por parte de Vialidad Nacional para la instalación de un puente provisorio tipo Bailey a ubicarse en la zona de camino o en las inmediaciones del puente colapsado, para que sirva de desvío del tránsito de la ruta provincial Nº 103”. Representaría una solución temporaria hasta tanto se construya el nuevo puente. Originalmente el puente Bailey tuvo uso militar y fue diseñado como una solución al mayor peso de los nuevos tanques. El ensamblado del puente portátil, no requiere de herramientas especiales y su instalación demanda poco tiempo.